jueves, 26 de abril de 2012

Folgore XIII.


 ¡Uf! Casi no llego a ésta entrega. Agradecedle la putada al catarro, que me tiene completamente idiotizado.



Klaus estaba boquiabierto. Evidentemente, no era la primera armadura que de ese tipo que caminaba por el planeta, pero era la primera que tenía tan cerca.
– Aún hemos de ponerle la cobertura de aleación, pero es operativa y está prácticamente acabada. – Johann no podía ocultar su orgullo por el aparato creado por los tres. – Será bastante duro, eso sin duda.
– ¿Es rápido? – Preguntó el joven, sin recordar que ya se lo habían dicho antes de mostrárselo. – ¿Cuánto alcanza?
– Todavía no hemos podido hacer las pruebas de campo. – Sonrió Kurt, maravillado por la buena respuesta de su jefe. – Pero debería alcanzar Mach 2 con facilidad, sin forzar los sistemas.
– ¡Es estupendo! – El millonario no cabía dentro del arnés de la satisfacción que sentía. – ¿Está equipado cómo Folgore?
– Dispone de los sistemas tradicionales del propio Folgore, claro. – Dijo Sandro, intercambiando miradas con el aparato que se alzaba ante ellos, imponente. – Hemos añadido dos generadores de campo quinético extras, que crearán un escudo protector, para complementar el blindaje físico.
– Pero… ¿No se podían añadir directamente a Folgore?
– No, la fuente de energía es demasiado grande, aunque ofrece la que necesitamos y más. – La voz ya no sonaba metálica y la armadura estaba entrando en posición de apagado. Se abrió una placa trasera. – En ésta maravilla funcionará perfectamente y no tendremos tanta limitación a la hora de añadir equipamiento nuevo.
– Oh, Dios, tengo que probarlo. – Comenzó a quitarse presillas, ante la sorpresa general. Se lo impidieron. – Kurt, así no sale, es exactamente al revés de cómo lo estás haciendo.
– Claro que es al revés. – Terció éste, sonriendo, mientras volvía a apretar las presillas. – Y está usted herido, además de que no está completamente acabado.
– Uhm… Ahora que lo pienso, ¿cómo demonios lo puede pilotar él? – Se sorprendió. – Pensaba que el enlace neural era indispensable.
– Y lo es, lo es. – Sandro miró a su colega, que descendía del monstruo metálico. – Por eso Johann lo lleva. Es nuestro piloto de pruebas.
– Señor, no le íbamos a dar una maravilla experimental sin haberla probado antes. – Dijeron los tres, a unísono, mirándose sorprendidos.
– Oh venga, no me podéis dejar así. Hasta yo sé que puede volar. – Suplicó, esperanzado. – Si lleva escudos telequinéticos, no necesita de la carcasa exterior para que sea aerodinámico.
– Señor Glucciani, usted pagará, pero también hemos de mirar por su salud, al fin y al cabo. – Dijo Kurt, inflexible. – Hasta que no esté completamente recuperado, no pilotará éste o Folgore.
Klaus lo miró dolido. Sabía perfectamente que no podía, pero estaba tan contento como el día que la empresa aeronáutica le llamó para comunicarle que había terminado con la reproducción de su B-25. Tuvo que volver a la realidad y admitir que no estaba en su mejor momento, antes de disculparse por haber perdido un momento los papeles.
Hablaron durante horas, sobre sus capacidades, posible nuevo equipamiento, incluso armas de energía, que actualmente estaban desarrollando para el ejército estadounidense, aunque estaban en unas etapas muy primerizas de desarrollo. Hablaron hasta que se hizo de noche e incluso cuándo llegaron las pizzas, continuaron.

Friedrich midió con la mirada al hombre que tenía delante. Era enjuto, vestido de negro y no sonreía en absoluto. Le ponía nervioso.
– Entonces, ¿qué? – Dijo, inclinándose sobre la mesa en toda su alta estatura. – ¿A  por quién he de ir?
– Se trata de Folgore, un superhéroe suizo que apareció hará como medio año. – Tenía una voz suave y agradable, que apenas se escuchaba por encima del estruendo del pub. – Dado que hace unas semanas que no da señales de vida, queremos que salga a la luz. De paso, comprobaremos si nuestras teorías. Sabemos que opera en la zona de Lugano, aunque por fuerza mayor se desplaza a otros lugares.
– Muy bien, pues iré y lo macha…
– No. Irá a Frankfurt y comenzará a hacer lo suyo. – Hizo un ademán un tanto despectivo. – Ya sabe, destrozos y todo eso. Y de paso, buscará a dos personas, que son de carácter fundamental para nuestra organización.
– Ajá, y las mat…
– No. Se limitará a encontrarlas y a secuestrarlas. – No hizo ningún gesto al decirlo, como si fuera una estatua de cera. – Después declarará ante las cámaras, usted se ingeniará el cómo, que si no viene Folgore antes de dos horas, las asesinará en directo.
– ¿Dos horas? – A Friedrich aquello no le cuadraba nada en absoluto, dado que iba a hacerlo solo. – Media Alemania se me echará encima. Soy poderoso, pero hasta yo tengo en cuenta mi límite.
– De las fuerzas de seguridad nos encargaremos nosotros.
– ¡Y de los otros súper?
– Le aseguro que tendrán otros motivos para distraerse. Usted es nuestro mejor activo. – Añadió, siniestro. – No el único.
– Bien, y cuándo llegue el tal Folgore, si tiene redaños…
– Se limitará a humillarlo. No lo matará ni lo incapacitará ya que es muy necesario dentro de nuestros planes. – Volvió un momento la cabeza, para hacerle una señal al camarero. – Después de hacerlo se irá del lugar a dónde se esconda habitualmente. Y matará a sus dos rehenes.
– Muy bien, así lo haré. – Le miró, interrogante. – ¿Puedo saber qué han hecho esos desgraciados?
– Algo que tiene que ver con nuestras finanzas. No se preocupe. – Sacó una nota de papel y se la entregó. – Son éstos dos. ¿Podrá recordarlo? Hay que destruir la nota.
– Así que Kurtz Rot y señora, ¿eh? – Incineró el papel con el mechero que le pasaba su contratante. – Creo que éstos dos lo van a pasar mal.

4 comentarios:

  1. "Oh, here comes the bad guy".
    Me ha gustado la forma de 'acelerarse' para intentar probar el mecha... digo la armadura.

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  2. Vaya, yo adaptando las frases para que el guión no quede al final de línea y resulta que blogger no tiene el tamaño correcto. Voy a tener que meterle mano.

    Y eh, si ahora mismo dijeran que algo así es mío, me aceleraría fijo.

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  3. Por cierto, un detalle sobre los guiones. La raya (porque son rayas y no guiones) que introduce un diálogo se junta siempre con ese diálogo, sin espacios. Por su parte, la raya que introduce un comentario a un diálogo se junta siempre con ese comentario; los comentarios no llevan ni mayúsculas ni signos de puntuación finales; y los signos de puntuación del diálogo se dejan para después.

    Me explicaré con un ejemplo. El siguiente texto:
    – Muy bien, así lo haré. – Le miró, interrogante. – ¿Puedo saber qué han hecho esos desgraciados?
    Quedaría así:
    –Muy bien, así lo haré –le miró, interrogante–. ¿Puedo saber qué han hecho esos desgraciados?

    Por otra parte, creo que, al ser comentarios al diálogo, deberían llevar un verbo de dicción, aunque luego se use para explicar otras acciones.
    Es decir, que siempre deberían ir con un 'dijo', un 'preguntó' o algo similar. Si no lo llevan, generalmente hay un punto y aparte (y no un comentario), se explica la acción, y luego se vuelve al diálogo, aunque sea del mismo personaje.
    Digo 'creo' porque de esto ya no estoy tan seguro como de lo anterior, pero a mí me suena mejor.

    Siguiendo con el ejemplo, yo lo colocaría así:
    –Muy bien, así lo haré –contestó. A continuación le miró, interrogante–. ¿Puedo saber qué han hecho esos desgraciados?

    Creo que es una manera ideal para controlar el ritmo del diálogo, al poder predecir la velocidad de lectura por medio de las pausas. También te digo que hay gente que ni se lee lo que hay entre las rayas, así que no abuses al colocar acciones.

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    1. Oh, genial, ahora tengo que repasar tooodos los escritos.
      Jejejeje, ya sabes que me gusta que me corrijáis, especialmente si estoy tan errado. Pues comenzaré a cambiarlo, para que al menos los originales estén como deben. Gracias colega.

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