jueves, 28 de septiembre de 2017

No deja de tener retranca

Es difícil, si vives en España (no sé cómo se estará pintanto el panorama para los que no son de aquí), no saber la que está pintando por acá. No soy de los de hacer declaraciones políticas sesudas (ya sabéis, para eso hace falta seso) y suelo preferir el burdo relato de dobles sentidos y cosas así, pero bueno, supongo que hoy no vengo a contar una historia. O tal vez sí. Intentaré ser breve.
Soy de Valencia, he vivido toda la vida aquí (excepto un lapsus geograficus de no recuerdo cuanto tiempo, pero no mucho) y si bien siempre me han sorprendido mis conciudadanos, cada vez me consiguen sorprender más. Hay de todo, por supuesto, así que me centraré en una masa bastante nutrida, concretamente de gente que piensa que nuestro alcalde debería someter a votación popular (hablan de preguntar al pueblo) algunas decisiones. Y no me parece mal, hay ciertas decisiones que se deberían someter a votación popular, me parece correcto.

Pero juraría que se votaron unos representantes para poder decidir si el sofá debe ir más a la derecha o más a la izquierda sin que tengamos que montar un domingo de referéndum así por las buenas. Los referéndums; (referéndumes? joder, me estoy quedando analfabestia por momentos) están muy bien para ciertas cosas, como elegir sistema de gobierno, sí o no a la monarquía, votar una constitución (o su modificación), elegir canción del verano... Vamos, cosas importantes.
Ojo, que hablo de cosas que he leído, no de cosas que haya hecho, porque yo no voté nada de lo de arriba. A buenas horas iba a tener "Despacito" como canción del verano si hubiera podido votar. Ahora está ahí; intocable, como puesta en un trono. Real.

En fin, a lo que iba que me despisto. Resulta que tras pasar un rato leyendo a gente afable exigir que los rojos peligrosos que nos gobiernan en la ciudad que arreglen problemas que los que estuvieron más de 20 tacos en el poder ni se dignaron en mirar (y exigir tiros en la nuca y ejecuciones sumarísimas, toma democracia), no he podido dejar de notar la de cantidad de esa misma gente que además exigía esto mismo, preguntar al pueblo. Preguntar al pueblo qué es lo que quiere.
Preguntar al pueblo qué es lo que quiere, en España.


También los había que hablaban de dialogar.
Dialogar. En España.


Y no ha dejado de chocarme, que esa gente hablara también "cortar el grifo", "sacar los tanques", "encerrarlos a todos" cuando se referían a cierto territorio y a la liada que hay a su alrededor.
Dialogantes y de talante democrático, todos ellos.
Los habrá que me argumentarán que si han actuado mal, que si las garras judeostalinistas, que si el bigote de Franco era orgulloso y tenía salero y que si ellos empezaron antes... Y es que me da igual. Tal vez tampoco yo esté muy por la labor de dialogar, bastante me ha cansado caralibro en ese aspecto (y lo que no es caralibro).

En fin, pasadlo bien, cuidaos y ya nos leeremos.