jueves, 20 de octubre de 2011

Un pequeño adelanto...

Dado que me he puesto con el guión, me estoy pegando con los conceptos de personajes. En total, principales habrán entre siete y diez y reconocibles, veinte. Digamos que esto es una pequeña muestra del primero.
Se trata del "comandante" del pequeño grupo de mercenarios.
El otro, es el joven periodista español.
No tengo mucha descripción física de momento (aunque está en mi cabeza perfectamente estructurada), pero ya iré haciendo cosillas.
El link al foro dónde hay más detalles: http://subcultura.es/foro/viewmessages/1767

Mañana intentaré colgar la entrevista de Yamizuka y trataré de meter la lista de próximas entrevistas. Pero ya veremos porque tengo que seguir editando las hechas, además de muchas otras cosas.
Un saludo gentecillia!





- ¿Cómo explicarlo? - Se pasó los dedos por el bigote y bebió un poco de la abollada cantimplora. - Preguntas que porqué estoy aquí, que porqué hago lo que hago.
- Si, eso quería saber. - Estaba nervioso. Aquél hombre intimidaba mucho. Incuso más que los señores de la guerra de por aquí. - Dice que no tiene problemas de dinero. Tiene una casa en Lugano y familia esperándole.
- ¿Sabe porqué tengo todo eso? - Sonrió, divertido. - ¿Se lo imagina?
- ¿Trabajó duro? - Negó lentamente con la cabeza y volvió a sonreir. - ¿Su padre, su abuelo, algún antepasado?
- Si y no. Si, tengo mi dinero porque mi familia lo ha amasado de alguna forma. - Volvió a beber, pausado. - Lo tengo porque alguien lo consiguió duramente. Y alguien dejó de tenerlo.
- Sigo sin entender...
- Verá. Intento equilibrar la balanza.
- ¿Karma?
- Podría decirse que es algo así.
- ¿A tiros? - Miré el arma del comandante, apoyada contra la pared. Era siniestra. - ¿No le parece irónico?
- Uhm. Supongo. - Se estiró en el asiento. Con los preparativos y nuestra llegada, no había dormido lo que debería. - Pero ya ha visto este sitio. No sólo eso, lo ha vivido. ¿Qué podría hacer para cambiarlo?
- Bueno, publicaré mi historia...
- Y tiene buen material, no se lo niego. - Sonrió todavía más. Su cara no iba con la gravedad del asunto. - Pero en serio. ¿Cree que la Otan intervendrá? ¿Que resolverán el problema que tienen estas dos tribus desde hace cientos de años?
Me quedé en silencio. Fui incapaz de responder, hasta el punto que desconecté la grabadora. Creía tener suficiente material para traer los ojos del mundo sobre aquello, pero había olvidado como suéle ver el resto del mundo ese tipo de conflictos. Se aflige, manda dinero y se olvida.
Y nada más.

Él se inclinó y me miró fíjamente a los ojos. Sonrió de nuevo, pero esta vez era distinto. Ya no parecía serio, sino que lo hacía de forma mecánica.
- Ya sabes porqué. No cambiaré mucho, pero de momento, le he salvado la vida a más gente de la que puedo recordar. Y lo he hecho personalmente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario