domingo, 28 de agosto de 2011

La última batalla (VI).


 Después del castañazo padre continuamos con el tema. Seguimos con la misma cantidad de votos. Uno para que mueran.



Tras la comunicación, el puente del Implacable se había quedado en silencio. Se atrevió a hablar el oficial de estado, Ulgat.
– Señor, este navío no está en condiciones de entrar en…
– Tranquilo, aguantará.
– Pero señor.
– He dicho que aguantará. – Conectó algo en su brazal, que sonó con un ligero pitido. – Hangar, pongan a punto mi nave.
  ¿Se va, señor?
– Necesitamos todas las bocas de fuego disponible. – Miró hacia la mutilada proa de su nave, su hermosa nave. – Es ahora cuándo vamos a comprobar si las placas improvisadas darán buen resultado.
– Si señor.
– Muy bien, salgamos del campo de restos, nuestra flota no nos necesita y eso de quedarnos aparte no nos sienta muy bien. Yo me encargo de la maniobra Flangaa. 
Una joven se volvió al escuchar su nombre.
– De acuerdo señor. – Estaba algo triste, era su primera misión en un navío de línea y no había entrado en combate a causa de sus desperfectos. – ¿Necesitará ayuda?
– Un poco si, es posible. – Sopesó la faena que acababa de hacerle a la chica. No podía retractarse. – Después necesitaré que se ponga bajo el mando del primer oficial y que guíe la entrada en la atmósfera. Con cuidado.
– Si señor. – Sonrió tímida ante el anciano soldado. – Gracias.
– Nada de eso. Es su trabajo.

2 comentarios:

  1. Esos dos me parecen unos idiotas con ganas de morir. Así que, guadaña con ellos.
    Y ya de paso, cárgate al tal Vilem. No sé por qué, pero escuchar ese nombre me hace rebuscar a enemigos poderosos y depravados para acabar con él. Complejo de master-cabrón, dicen.

    ResponderEliminar
  2. Pues los dos idiotas son reales. Bueno, al menos sus nombres, que los he sacado de dos amigos. Apunto tu voto. Dos a cero de momento.

    Y al tal Vilem, según mis cálculos... La verdad es que no he decidido cuándo cargármelo, así que ésto se podría decir que todavía no tiene coninuidad con la historia que estoy escribiendo. Pero tranquilo, que con las perrerías que sí voy a hacerle quedarás servido.

    ResponderEliminar