tag:blogger.com,1999:blog-9428800787478325192024-02-08T19:41:42.540+01:00La Senda del AventureroRelatos de aventuras y superhéroes.
¡Con Icusagora Riel y Folgore como principales atracciones!Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.comBlogger271125tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-50455247717704765222017-09-28T03:25:00.002+02:002017-09-28T03:25:19.054+02:00No deja de tener retranca<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;">Es difícil, si vives en España (no sé cómo se estará pintanto el
panorama para los que no son de aquí), no saber la que está pintando por
acá. No soy de los de hacer declaraciones políticas sesudas (ya sabéis,
para eso hace falta seso) y suelo preferir el burdo relato de dobles
sentidos y cosas así, pero bueno, supongo que hoy no vengo a contar una
historia. O tal vez sí. Intentaré ser breve.</span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;"><br />
Soy de Valencia, he vivido toda la vida aquí (excepto un lapsus
geograficus de no recuerdo cuanto tiempo, pero no mucho) y si bien
siempre me han sorprendido mis conciudadanos, cada vez me consiguen
sorprender más. Hay de todo, por supuesto, así que me centraré en una
masa bastante nutrida, concretamente de gente que piensa que nuestro
alcalde debería someter a votación popular (hablan de preguntar al
pueblo) algunas decisiones. Y no me parece mal, hay ciertas decisiones
que se deberían someter a votación popular, me parece correcto.</span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;"><br />
Pero juraría que se votaron unos representantes para poder decidir si el
sofá debe ir más a la derecha o más a la izquierda sin que tengamos que
montar un domingo de referéndum así por las buenas. Los referéndums;
(referéndumes? joder, me estoy quedando analfabestia por momentos) están
muy bien para ciertas cosas, como elegir sistema de gobierno, sí o no a
la monarquía, votar una constitución (o su modificación), elegir
canción del verano... Vamos, cosas <i>importantes</i>.<br />
Ojo, que hablo de cosas que he leído, no de cosas que haya hecho, porque
yo no voté nada de lo de arriba. A buenas horas iba a tener "Despacito"
como canción del verano si hubiera podido votar. Ahora está ahí;
intocable, como puesta en un trono. Real.</span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;"><br />
En fin, a lo que iba que me despisto. Resulta que tras pasar un rato leyendo a gente <i>afable</i>
exigir que los rojos peligrosos que nos gobiernan en la ciudad que
arreglen problemas que los que estuvieron más de 20 tacos en el poder ni
se dignaron en mirar (y exigir tiros en la nuca y ejecuciones
sumarísimas, toma democracia), no he podido dejar de notar la de
cantidad de esa misma gente que además exigía esto mismo, preguntar al
pueblo. Preguntar al pueblo qué es lo que quiere.<br />
Preguntar al pueblo qué es lo que quiere, en España.</span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;"><br />
También los había que hablaban de dialogar.<br />
Dialogar. En España.</span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;"><br />
Y no ha dejado de chocarme, que esa gente hablara también "cortar el
grifo", "sacar los tanques", "encerrarlos a todos" cuando se referían a
cierto territorio y a la liada que hay a su alrededor.<br />
Dialogantes y de talante democrático, todos ellos.<br />
Los habrá que me argumentarán que si han actuado mal, que si las garras
judeostalinistas, que si el bigote de Franco era orgulloso y tenía
salero y que si ellos empezaron antes... Y es que me da igual. Tal vez
tampoco yo esté muy por la labor de dialogar, bastante me ha cansado
caralibro en ese aspecto (y lo que no es caralibro).</span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;"><br />
En fin, pasadlo bien, cuidaos y ya nos leeremos.</span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-22068533852508463952017-07-08T23:29:00.004+02:002017-07-08T23:32:01.545+02:00Partida Persistente Star Wars 4 (es un Universo vivo)<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;">Vuelvo al tema que me ocupaba la última vez que escribí aquí
(prácticamente de lo único que me sale de un tiempo a esta parte). Esta
vez, voy a repasar algunas de las cosas que dije en la primera entrada y
especialmente, a expandirlas (ahora que las llevo más claras).</span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span></span>
<span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span></span>
<span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;"><b>El Universo gira independientemente de lo que hagas:</b><br />
Algo que tal vez no haya enfatizado mucho hasta ahora, es que la idea de
ser un universo de juego persistente no es al estilo juego multijugador
masivo tradicional (que varias personas me han comentado ya que es lo
que se les viene a la cabeza cuando hablo de esto). No hay una serie de
misiones que hacer y que podrá hacer cada uno independientemente (sí,
sería más sencillo para mí reutilizar descaradamente material que ya he
usado con otros).<br />
La idea general, es que todos comparten galaxia y tiempo. Mi idea de hacer sesiones muy cortas, se debe a dos razones:<br />
-Una sesión corta con tan sólo uno o dos pejotas puede llegar a ser muy
provechosa. En solitario, una persona avanzará más en su trama que un
grupo grande porque se podrá centrar mejor y esa hora o ese par de horas
podrían suponer un avance importante.<br />
-Además, a la hora de conciliar horarios, un par de horas semanales con
una o dos personas en partida son mucho más fáciles de proponer que con
más jugadores o más horas. Lo que me permitirá tener varias sesiones por
semana, una para cada personaje y por tanto, que el reloj galáctico
avance con más ligereza.<br />
Además, juntar dos sesiones en una para tener una colaboración será más
probable y gratificante de esta manera (desde mi punto de vista).</span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;"><br />
El Universo de juego, además tiene su propia historia "personal". Pasan
muchas más cosas que las que hacen los propios jugadores y algunas son
más o menos importantes. El marco de una guerra civil galáctica ayuda en
mucho en este aspecto, pero la guerra tampoco es precisamente la mayor
preocupación de la mayoría de personas el la galaxia. Un pejota puede
presenciar un accidente en una estación y pensar automáticamente que es
un gancho de la historia, algo puesto ahí para iniciar una aventura.<br />
Y es posible, y es posible que esa nave se la haya pegado por otra razón
(por ejemplo, que un jugador haya disparado a los mandos y se haya
visto incapaz de evitar el choque). Es también posible que la seguridad
de dicha estación no permita pasar a cualquiera a investigar y al final,
ni siquiera se entere por qué ha ocurrido todo eso.<br />
Por supuesto, no puedo simular una galaxia entera de posibilidades. Pero
sí que puedo hacer pequeños elementos comunes, noticias, situaciones y
percances reconocibles para todos. Llevo bastantes líneas escritas (y
algunas grabadas a pelo en mi teléfono según se me han ido ocurriendo)
sobre eventos que se irán conociendo poco a poco. Un desfalco, tal vez
una masacre con un motivo religioso, un ataque no demasiado claro sobre
un gobierno soberano... Las noticias en la galaxia son bastante
actuales, si nos paramos a pensarlo.<br />
Además de los eventos a nivel general, están los más cercanos a los
distintos personajes. Si una jugadora fue parte de por ejemplo, el
Terror del Yugo (una organización mercenaria que apoyó la causa rebelde y
me he inventado, así, por la cara), probablemente se enterará de alguna
manera la casi completa aniquilación de este grupo cuando plantaba cara
al Imperio Galáctico. O si un jugador se dedica a blanquear el dinero
que le entregan, sabrá de las redadas que puedan haber ocurrido en
garitos de la competencia.<br />
Y por último, los que estarían cercanos, pero geográficamente, como por
ejemplo que una población haya sido exterminada en una de las lunas
donde habita una pejota (y que tal vez, sea además una posible
aventura).</span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;"><br />
Todo esto es muy bonito. Por supuesto, habrá que ver la prueba de fuego
que supone el día a día de las partidas y la forma de distintas personas
de encarar la información dada. Me encantará ver como hay quien se
enganchan a algo que no llevará a ninguna parte (y tal vez, incluso
saque algo) tanto como que una posible aventura no parezca tan
interesante (aunque ahí, habré fallado).</span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;"><br />
Y esas son las reflexiones. Poco más para hoy.</span></span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-2602134300667944962017-06-24T20:20:00.003+02:002017-07-08T23:31:42.747+02:00Partida Persistente Star Wars 3 (el retorno del vago)<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;">Ahora que tengo una de esas cosas en las que yo hago algo y alguien me
entrega eso que parece ser "dinero" a cambio, mi mente inevitablemente
está llevando lo que yo llamo "proceso cerebral cabronías" o PCC para
abreviar. Trata de que la falta de ganas de hacer nada de antes se ha
trastocado en un aluvión de ideas de los que hacía tiempo que no tenía,
algo que me ha obligado a por primera vez en bastante tiempo llevar una
libretita y un boli detrás para apuntar, porque ya no doy para memorizar
tanto.<br />
Lo bueno, que estoy escribiendo más. Tratando de completar algunas
historias mientras intento terminar algún relato corto y cosas que tenía
pendientes.</span></span>
</span></span></span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span></span></span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><b>Atención que a partir de aquí viene un tochazo:</b><br />
Entre esas cosas, está aquella campaña persistente de Star Wars que
estaba creando. Nunca dejé de hacerlo (de hecho, es de lo único en lo
que me podía concentrar mínimamente), aunque a un ritmo lento. Ahora,
como diario de abordo que es este humilde blog, os voy a traer las
nuevas reflexiones e ideas que he ido rumiando para, antes o después,
echar a andar el reloj galáctico.</span></span>
</span></span></span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span></span></span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><b>Elige tu propia aventura (y reacciona a ella como quieras):</b> Como los clásicos libros con varias formas de acabarlos y varios finales, pero más interactivo. Mucho, mucho más.</span></span>
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br />
No estoy destapando nada nuevo en los juegos de rol. Este es un enfoque
más o menos utilizado por varios dejotas, que quieren ver que sus
jugadores hacen algo más que reaccionar a los distintos retos. Es una
forma de jugar bastante costosa, porque implica que quién juega, puede
salir por cualquier lado, haciéndote la puñeta cosa mala.</span></span>
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br />
Así que lo habéis adivinado. Si bien la campaña tendrá digamos un
"objetivo evidente" para cada persona jugando, este variará mucho de una
a otra y además el personaje podrá elegir ignorarlo si no lo necesita.
Para que esto salga adelante, siempre me ha parecido adecuado que el fin
último, no sea "urgente" de necesidad. No habrá mucho margen si el
objetivo de un personaje es salvar el mundo o algo que sea obviamente
contrarreloj. En mi caso, prefiero algo más mundano, que sea igualmente
satisfactorio para la persona que juega como para mí, el dejota y sobre
todo que deje la sensación de urgencia por completarlo en un aparte.</span></span>
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br />
La necesidad en este caso de tener otras posibilidades es la verdadera
urgencia para mí y en parte, para quien juegue bajo mi pantalla. Ando
diseñando el universo inmediato alrededor de cada personaje que
actualmente va a jugar, con personajes no jugadores adicionales, con
lugares (puntos de interes) y digamos, vida propia. La idea, es que yo
puedo hacer un anzuelo lo suficientemente decorado y apetecible para que
piquen. Pero si resulta que no pican y por su cuenta (sin querer o
queriendo) la lían de forma interesante, merecerá la pena.</span></span>
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br />
Literalmente, estoy trabajando en una idea de sandbox, tan popular en
videojuegos últimamente. Algo más trabajada y sin generadores de
misiones aleatorias, por la Fuerza. Además, hay que añadir que intentaré
mantener una coherencia temporal para permitir encuentros entre
distintos jugadores (pero de verdad, no como el No Man's Sky).</span></span>
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span></span></span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span></span></span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><b>La galaxia es un lugar de leyes (cuando las hay):</b> No sé si habéis
dirigido alguna vez. Si alguna vez habéis tenido a un personaje jugador
en la partida que la liaba a cada paso y a cada palabra y se ofendía
con facilidad cuando las consecuencias llamaban a su puerta. Yo he
tenido unos cuantos (y hasta grupos enteros) que no soportaban la idea
de que la ley viniera a decir "hola, qué tal, han de pagar por esos
asesinatos para los que no tienen respuesta" y respondían violentamente
(con violencia física para la ley en partida o verbal para el dejota).</span></span>
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br />
Pues esto es una galaxia con gobiernos. Los hay democráticos, los hay
tiránicos y los hay de tantas clases que tratar de resumirlos llevaría
bastante tiempo. Mantener a la persona en juego al tanto de la ley en
una remota luna de un sistema binario en el borde exterior es mi deber
como dejota, pero hay ciertas "bases" que son evidentes. Entiendo que
una sociedad alien podría haber desarrollado una forma muy distinta a la
nuestra de ver la vida, pero es algo que prefiero de momento, dejar a
la realidad para que nos sorprenda.</span></span>
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br />
El roleo es muy importante en la partida que quiero llevar a cabo y este
es un caso en el que se ve la importancia de tal. Una aventurera
alderaaniana del espacio con cierta sensibilidad por otras culturas
podría tener claro que usar el obvio pisapapeles como pisapapeles podría
ser una falta de educación, ya que los locales lo tienen como ídolo.
Sin embargo, un registrador de la propiedad coruscantí de una
prominiente familia de inclinación imperial podría desdeñar las
creencias locales abiertamente e incluso bromear lo suficiente como para
usar el ídolo para calzar una mesa. Y acabar linchado por ello.</span></span>
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br />
Y esto se extiende prácticamente hasta el infinito. El Imperio tiene
leyes distintas a las que tenía la República Galáctica, leyes que ambos
gobiernos mantenían mediante un brazo legal o armado, mientras que un
gobierno tiránico local podría ser más laxo, dependiendo de si puede
sacar algo de ello o directamente no se interesa.<br />
(Además de sus problemas con la ley, los jugadores podían encontrar líos
por su forma de actuar en distintas situaciones (por ejemplo, no
cabrees al posadero y podrás comer caliente)).</span></span>
</span></span></span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span></span></span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><b>El Roleo:</b> Esto es peliagudo. Quién haya jugado un poco a rol sabe
de lo que hablo. Meterte en tu personaje, saber qué haría en cada
situación concreta y poder actuar en consecuencia. No es raro que en un
grupo de juego, varias de las personas concedan no hacer ciertas cosas
que tendrían todo el sentido del mundo para su personaje para evitar
cargarse la partida.</span></span>
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br />
Como comenté en alguna de las entradas anteriores sobre este asunto, mi
intención era aprovechar la posibilidad de anonimato de los jugadores e
incluso intentar que no supieran que en un momento dado, había otra
persona jugando a la vez aparte de mí mismo. Esto último no me parece
probable, pero lo primero sí. Poder formar una pareja o un grupo
momentaneo que no deba mantenerse unido es algo que me atrae mucho y el
no saber quién está detrás de cada personaje ayuda a que haya menos
compromiso para las otras personas que lo forman y espero que por tanto,
tener historias de traiciones, de posibles venganzas y robos dentro de
un grupo que no provoque tensiones fuera del tablero virtual (sí, ya, un
adulto debería poder separar el concepto juego de realidad, pero no es
raro que dos jugadores cuyos personajes se odiaban, tengan nuevos
personajes que se seguirán odiando por algo que ni siquiera pasó en ese
universo).</span></span>
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br />
Que un grupo pueda juntarse y desbandarse con facilidad y no seguir el
mismo camino me atrae mucho como dejota. Aunque la idea me encanta tengo
claro que es algo que va a costar de llevar hacia delante
(principalmente, hay que entender que si nadie sabe quién es quién, me
toca hacer de mediador para poder organizar horas y esas cosas).</span></span></span></span></span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"> </span></span>
</span></span></span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></span></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br />
En fin, disculpad el tocho. Esto viene a ser un resumen de lo que he ido
escribiendo ya para tener mi cabeza mejor enfocada en el proyecto, pero
quería dejar caer esto por aquí, porque aparte de escribir historias,
me gusta que otros las jueguen.</span></span>
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br />
¡Un saludo!</span></span></span></span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-91996645639823627682016-02-26T16:14:00.003+01:002016-02-26T16:17:20.037+01:00Humo Navideño<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;">-¿Te has enterado? -dijo, mientras terminaba de tejer su decimonovena bufanda-. ¿Lo de los niños y el Hombre del Saco?<br />
-¿Qué ha hecho esta vez? -el tono de hastío era palpable, pero el primero lo obvió-. Y cuidado, que esta manta es algo larga<br />
-Según cuentan, se está dedicando sistemáticamente a devorar niños
menores de seis años vivos -comentó, en voz algo más alta para hacerse
oír por encima del monótono ruido de los telares-. Es increíble hasta
qué punto está dispuesto a llegar por traernos la ruina.<br />
El de la manta suspiró. Echó un vistazo a su alrededor y pensó en que si
el Hombre del Saco quería traer más ruina, debía esforzarse más, porque
aquél sitio era lamentablemente ruinoso.<br />
-Ya. Qué malo el Hombre del Saco, ¿eh?.<br />
-Y que lo digas.<br />
-Pero... Hay algo que no me acaba de cuadrar; ¿el Hombre del Saco no era más de secuestrar para matar a machetazos?<br />
-No...<br />
-Sí, claro que sí. Es lo que me dijiste la semana pasada. Y la anterior
hacía descarrilar trenes -sonrió, intentando sacar la maldita manta del
defectuoso telar-. Pero es gracioso, porque al Hombre del Saco hace
tiempo que no se le ve hacer nada. Tanto, que hay quién dice que nunca
fue tan malvado como cuentan. O que no lo fue en absoluto<br />
-¿Quieres que se te lleven? Así es como consigues que se te lleven.<br />
-Sin embargo, a Papá Noel lo han imputado por comer niños. Y
secuestrarlos. Y machetearlos. Y hacer descarrilar trenes. Y aquí
estás, trabajando para él, feliz de poder malvivir bajo su ala, temiendo
que se me puedan llevar por expresar mis opiniones.<br />
-Ah, bueno. Es que si lo hace Papá Noel, está bien.<br />
-Luego te<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"> ofende</span> que te tome por idiota.</span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-44407395177215750452016-01-18T00:31:00.000+01:002016-01-18T00:31:09.564+01:00Seis años de Senda.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Wow.</span></span>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br />
Más de un lustro ha pasado ya desde que le diera la patada de inicio al
blog y comenzara a publicar mis historias de forma más independiente que
en los foros de <a class="bbcode_url" href="http://www.swgesp.com/">NhI</a>.
Seis añitos en los que he escrito y publicado una cantidad de historias
bastante amplia, a pesar de la caída en picado de los tres últimos
años, especialmente, 2015. La verdad es que tres años de malos
resultados de un total de seis no es como para tirar cohetes, pero al
menos pude terminar algunas historias completas, lo que me deja a flote.</span></span>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br />
Pero 2015 ha sido la repanocha. No sólo he publicado poco, sino que
además, apenas he escrito. Generalmente, a pesar de la poca actividad
del blog, suelo escribir historias a falta de completar o cosas así,
pero en 2015 no he escrito <i>prácticamente nada</i>. Sí, cosas de la
partida de rol, algún relatillo corto y tal, pero ya está. Ni siquiera
lo que he publicado le he escrito en ese mismo año, sino son cosas más
antiguas que estaban esperando arreglos.</span></span>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">De hecho, la cosa ha sido tan chunga, que me ha costado hasta escribir mensajes de correo electrónico. Me he llegado a tirar más de seis horas para componer algo medianamente entendible.<br /><br />
Pero 2016. 2016 es el año. El año de qué, está por ver. Después de los dos últimos, casi me da miedo averiguarlo.</span></span>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br />
Un saludo a todos, gracias por leer.</span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-29800301240056435652015-11-30T00:14:00.002+01:002015-11-30T00:14:43.237+01:00Reissig - Larga senda (3)<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">El grupo había marchado a paso rápido, dando siempre rodeos antes de
subir hacia el norte, reclutando y entrenando a los nuevos soldados y
mercenarios que se unían a la campaña del barón Reissig. Habían
solicitado paso franco a través de viejas fronteras y en algunos casos
se lo habían negado, pues el antiguo mercenario no gozaba de simpatía
entre muchos señores y algunos reyes, así que mandaron a los
reclutadores solos y esperaron a que volvieran.<br />
–Jefe, otro grupo de veintipico sargentos quiere unirse –a Klethi le
había costado un poco tomar el puesto de Matheld. Pensaba que tan sólo
dirigía tropas y era especialmente protectora con Reissig, pero entre
sus labores se incluían su seguridad real y ejercer como ordenanza–.
Dicen que quieren una soldada especial, ya que son auténticos veteranos.
Yo digo que eso es auténtica mierda, pero la decisión no es mía.<br />
–Vamos a verlos. Pásame la muleta.<br />
La joven le alcanzó el palo acolchado que usaba todavía para caminar. La
herida de la cadera había sido más grave de lo que pareció en un primer
momento y además se había infectado a pesar de las continuas
atenciones. El caudillo se incorporó con dificultad. Era un mar de
debilidad y tuvo que sostenerse sobre la muleta, hasta el punto que
Klethi lo cogió del brazo para evitar que se cayera.<br />
–Bien, ya está. Sólo ha sido al levantarme –mintió mientras se preparaba
para el largo camino que le aguardaba, aquellos casi 50 metros que
había desde su tienda hasta el lugar donde se inscribían a los nuevos–.
Estoy bien.<br />
–Jefe, sabe si encargamos una silla con ruedas, la tendrán aquí mañana por la tarde, ¿verdad?<br />
–Sí, lo sé. Pero la mitad de este trabajo, es la apariencia. Se me cae
el sarawil, ajústamelo o andaré con el culo al aire y ponme la clámide
sobre el lado de la muleta.<br />
–Sire, todos saben que usáis muleta –terció la joven, con una sonrisa socarrona–. Y tampoco es que la tela pueda tapar tanto.<br />
–No discutas y vísteme.<br />
–Claro que sí. Os pondré la verde; he notado que os gusta el verde.<br />
–Le has pedido consejo a Matheld, ¿verdad?<br />
–¿Lo decís por la excelente labor que estoy llevando a cabo?<br />
–No, porque estás contestona.<br />
–Je. Me halagáis, barón.<br />
<br />
El día, aunque era otoñal, había amanecido caluroso. A Reissig le costó
ajustar los ojos la luz del Sol, a pesar de que Klethi ya había abierto
antes la tienda para que se fuera acostumbrando. Con paso lento y
seguro, respondiendo a los saludos que le dedicaba su gente, marchó
hecho un mar de dolor y agotamiento hasta la zona de reclutamiento para
echar un vistazo a aquellos veteranos sargentos que tanto estaban dando
que hablar. Su cara estaba como petrificada, pues el esfuerzo de
mantenerse aparentemente estable y bien era titánico. Cada paso le dolía
tanto que se le entrecerraban los ojos, por lo que dio gracias de que
el día hubiera salido tan luminoso y tan sólo pareciera que, como a
todos, le molestaba la luz.<br />
–Bien, ahí están esos sargentos –Klethi se ajustó disimuladamente la
espada en el cinto y comprobó por última vez que sus dagas arrojadizas
se sacaran fácilmente–. Si se acercan más de lo debido, los rajo.<br />
–No pasa nada, Bunduk también está ahí y algunos de los mamelucos se han acercado a echar un vistazo.<br />
–Sólo digo lo que pasará si se acercan. </span></span><br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><br />
</span><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br />
Soy un campeón. Me había olvidado de postear las continuaciones.<br />
En fin, ya veis que uno no se cura fácilmente de varios tajos en un
mundo donde la medicina va de pobre a directamente "reza para que eso no
huela a queso". Y eso sin pasar por pseudomédicos que podían acentuar
la agonía.</span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-66467859681549190542015-11-24T01:19:00.000+01:002015-11-24T01:20:06.325+01:00El Sindicato de Soldados Profesionales<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;">No sé si recoradeis las <a class="bbcode_url" href="http://subcultura.es/blogs/Vilem_Landerer/rol-online-y-un-servidor-23728/">entradas anteriores</a> sobre partidas de rol online y toda esa murga que pongo últimamente en lugar de seguir escribiendo.</span></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br />
Entre otras cosas, ando trabajando en algunas organizaciones como la que
traigo a continuación, aunque no todas son organizaciones
paramilitares. La idea es disponer de unas cuantas que puedan atraer a
los jugadores a sumarse a sus filas.<br />
Lo que me falta por terminar, es añadir una pequeña historia sobre su
formación y su adaptación a los nuevos tiempos que corren por la
Galaxia.</span></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><b> </b></span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><b>Sindicato de Soldados Profesionales</b>, vulgarmente conocido como <b>Sindicato de Mercenarios.</b></span></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><b> </b></span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><b>El Sindicato:</b> Dispone de centros de formación, naves y navíos
propios e incluso fábricas de equipamiento y armas. No forman una
facción, ni se posicionan con la que mejor pague. Su tarea en la
galaxia, es asegurarse de que sus afiliados estén entrenados, dispongan
de lo que necesitan y sobre todo, tengan trabajo y lo cobren. Si un
solicitante necesita a cincuenta mil mercenarios para realizar una
maniobra determinada contra un grupo enemigo, enviará un pedido con las
condiciones del trabajo. A continuación, los expertos del <b>SSP</b>
elaborarán un contrato en base a dichas condiciones y lo remitirán al
solicitante. Si este acepta, serán seleccionados los cincuenta mil
soldados en base a las necesidades del trabajo (por ejemplo, si
necesitan buzos, pilotos, soldados de superficie, especializados en el
abordaje o una mezcla de estos). Incluso, si se diera el caso, podría
incluso movilizar algún navío de transporte de gran tamaño propio, que
suelen servir de base avanzada y puesto de artillería. Esto no es algo
habitual, pero si el empleador solicita una gran cantidad de efectivos,
se incluiría en los costes el desplazamiento de la nodriza y los
transportes de desembarco más pequeños.</span></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><b> </b></span></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><b>Su organización:</b> Hace siglos que fue creado, pero su organización apenas ha variado, más que para adaptarse a los tiempos.</span></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><i> </i></span></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><i>Militar:</i> Toman mucho de ejércitos para poder hacer valer una
cierta disciplina en batalla, destinada principalmente al buen hacer de
sus miembros y a su supervivencia. Así pues, un recién afiliado,
comenzará siendo un recluta. Sepa lo que sepa antes de llegar allí, debe
pasar el mismo entrenamiento que todos. Una vez terminado el
entrenamiento con su equipo estándar (o después de haber estandarizado
el equipo que trajera), pasa a ser soldado profesional (soldado a secas,
generalmente) y de ahí podrá obtener ascensos como en un ejército
normal; ya sea mediante méritos propios o realizando los distintos
cursos que ofrece el sindicato. En el aspecto militar del sindicato, no
hay nadie más por encima de los varios generales (a general se llega
como todos, desde abajo) que controlan las grandes operaciones o
aconsejan qué compañías enviar a qué misiones. Generalmente, no se meten
en la parte civil del sindicato, aunque ha habido ocasiones en las que
han prestado una inestimable ayuda en ese apartado. Fuera de las
operaciones, esta jerarquía deja de tener efecto y no tiene poder real,
aunque hay algunos que la mantienen por respeto a sus compañeros (P.Ej:
Un comandante que haya combatido codo con codo con la tropa, un capitán
que los haya salvado, etc…).</span></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><i> </i></span></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><i>Civil:</i> El puesto de mayor responsabilidad lo ocupa el presidente
del sindicato, que ejerce de cara pública y portavoz, así de ser el jefe
de la entidad. En la junta lo acompañan el secretario, el tesorero y un
comisario general.. A estos puestos, sólo se puede acceder mediante
votación popular, estar afiliado como mínimo quince años en el sindicato
y pasar una prueba psicoelectrónica para valorar si el aspirante es
adecuado para el puesto.<br />
El secretario se encarga de registrar lo ocurrido en las asambleas y de
mantener estos registros a salvo. Además, es el máximo responsable de la
biblioteca de la sede del sindicato, en la que aparece la historia de
la propia organización, entre otras cosas. No considero necesario decir
que tiene cientos de empleados que le ayudan en dicha tarea.<br />
El tesorero mantiene las cuentas saneadas y se encarga de que todos los
pagos se realicen en el tiempo convenido y sean correctos. Maneja
ingentes cantidades con la ayuda de sus empleados directos, que son unos
pocos en los que confía completamente. La razón de esta confianza es
sencilla; los últimos que intentaron robar a los afiliados del sindicato
no llegaron a ser atrapados por la Ley, sino por los propios afectados,
a los que las leyes galácticas en ocasiones parecen no afectarles.<br />
El comisario general es una de las figuras más importantes y queridas
por los mercenarios. Antiguamente comisario de combate, o de operación,
se encarga principalmente de atender las quejas de los afiliados y
resolverlas de cualquier manera. Hay poco que no pueda hacer un
comisario general por su gente (y su gente se cuenta en millones).<br />
Además, en las distintas sedes, hay expertos en muy diversas materias,
destinados principalmente a proporcionar asesoramiento, consejo y
directamente indicar cuál es la mejor forma de proceder respecto a algo.<br />
Un comisario de combate o de operación, vela para que los derechos de
los soldados profesionales se mantengan y que las condiciones del
contrato se mantengan. Tienden a ser antiguos combatientes, que tienen
demasiada edad para continuar luchando continuamente, pero se niegan a
apartarse del trabajo. Acompañan a los mandos, están atentos a sus
decisiones y les recuerdan cuando están tomando las decisiones
equivocadas. Son muy respetados por la tropa, pues ven a los comisarios
como ángeles guardianes. No suelen acompañar a los mandos en solitario y
en absoluto lo hacen desarmados, pues harán valer las condiciones del
contrato ya sea mediante la directa intimidación, el chantaje o el
secuestro y toma de rehenes (generalmente, los propios mandos). No es
habitual que esto pase, ya que enemistarse con el SSP suele traer como
consecuencia no poder alquilar nuevos mercenarios al sindicato y en
muchas ocasiones, que otras entidades similares decidan hacer lo mismo.
En contratos pequeños (menos de 5 desplazados, generalmente) no se suele
enviar un comisario, así que se designa al veterano para que ejerza
como tal).<br />
En cada operación, además del comisario, suele acompañar al grueso de
mercenarios un número de administrativos, que varía dependiendo de la
envergadura del contrato. Para los menores, es posible que ni siquiera
vaya ningún personal civil y símplemente el papeleo lo lleven a cabo los
propios soldados.</span></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><b> </b></span></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><b>El afiliado:</b> Un aspirante a soldado profesional ha de tener la
edad mínima legal (o la edad mínima legal para trabajar con
consentimiento de sus tutores legales) para afiliarse al sindicato. Una
vez afiliado, sea o no profesional ya del ramo, ha de pasar un ciclo de
entrenamiento (que sirve tanto de entrenamiento como para testear las
capacidades de cada afiliado) y durante dicho ciclo, usará el equipo
estándar (o, si aporta uno propio, estandarizarán el suyo). Además,
dispondrá de alojamiento y alimentación (y lo que pueda necesitar para
el día a día normal). Todo esto está incluído en la cuota de afiliación y
al principio, por falta de liquidez, se suele pagar con los primeros
contratos (reteniendo un tanto por cien de varios sueldos). Una vez
alcanza el estatus de soldado profesional, un mercenario afiliado puede
elegir entre los contratos que el sindicato recibe y recomienda para sus
socios (mientras se es recluta, si no se disponen de otros ingresos, el
afiliado depende enteramente del sindicato). Una vez selecciona un
contrato, puede elegir entre ser transportado en una de las naves
comunitarias hasta el lugar de trabajo o ir en la suya propia.
Generalmente unos cuantos contratos permiten a un soldado profesional
pagar las cuotas que adeuda con el sindicato y disponer además de una
buena base económica.<br />
Entre las ventajas ya citadas (entrenamiento, comida y alojamiento en caso de necesidad), el sindicato provee de estas otras:</span></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><i> </i></span></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><i>Seguro médico:</i> El seguro médico de un mercenario es complejo y el
del sindicato no podía ser menos. No cubre prótesis especialmente
complicadas o que requieran una remodelación seria del cuerpo, pero
pagará cualquier hospitalización y tratamiento que sufra el asegurado y
cualquier prótesis únicamente sustitutiva.</span></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><i> </i></span></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><i>Pensión:</i> Un depósito a interés fijo controlado por el tesorero
provee de las pensiones para todos aquellos que o bien alcanzan una edad
para retirarse, dejan dinero para su familia, o para alguien en
particular. En ocasiones, se han llegado a entregar cuantiosas
cantidades a mercenarios miembros, amigos de los fallecidos. Esto ocurre
porque no todos tienen familia a quién dejar dinero.</span></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><i> </i></span></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><i>Cobertura legal: </i>El <b>SSP</b> se caracteriza por un inicio
tumultuoso, que siguió una regularización y una necesidad de disponer un
buen aparato legal. Si los soldados profesionales dan guerra en campos
de batalla, la legión de abogados que trabajan para el sindicato dan
guerra en los juzgados. Durante la república tenían una importancia
mucho mayor, pues las leyes solían respetarse más, pero durante el
imperio su calado ha decrecido. Aún así, la mayor amenaza que puede
poner sobre la mesa una organización con millones de soldados
profesionales afiliados, es la de un gran número de abogados duchos en
el tema que tratan.</span></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><i>Transporte, equipo, armamento y en general, cualquier cosa que pueda necesitar para el desempeño de su trabajo:</i>
Cualquier pedido dentro de unos límites aceptables será satisfecho sin
coste adicional, a excepción que el pedido sea de algo que ya disponga.</span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-420312974366037312015-11-05T12:56:00.001+01:002015-11-05T12:56:28.577+01:00Reissig - Larga Senda (2)<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div dir="ltr" id="docs-internal-guid-a0a09772-d77e-fb6d-7369-8ed1d0b8def1" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">El
crepitar de docenas de lámparas y antorchas acompañaban las animadas
conversaciones que se daban en el amplio salón del palacio real de
Jelkala. El rey Graveth daba una fiesta por la reconciliación entre los
sarraníes y su propio pueblo . Los antaño lores enemigos ahora reían
sobre las viejas matanzas, las batallas, tal o cual triquiñuela que
usaron para despistar al otro. Pero no todos se sumaban al jolgorio,
pues tanto los dos soberanos, cómo quién estaba resentido precisamente
del resultado de alguna de aquellas triquiñuelas, se mantenía callado e
incluso hostil. Matheld, que llevaba años sin asistir a fiestas de
aquella clase se mantenía en un aparte, sola, bebiendo el excelente vino
poco a poco y procurando mantener el estómago lleno. Era la
representante de su señor ante aquella plétora de adversarios mientras
él llevaba a cabo un servicio de reclutamiento especialmente arduo antes
de que tanto el rey como su mariscal llamaran a la guerra contra el
Norte y prefería no ser maleducada a causa del alcohol.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">Habían
insistido mucho en que vistiera como una dama más, pero ella
capitaneaba a soldados a la batalla. Vestía a lo soldado, aunque
ciertamente habían elegido finas telas y caros colores, pero mantenía su
estilo. Aún así, los había que la admiraban secretamente, más por su
exotismo que por su carácter, que tan fiero e independiente era, se
hacía desagradable para la mayoría de los de allí y muy mal visto.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–Disculpad
mi señora; ¿sois Matheld, la mano derecha del Barón Reissig? –era
sarraní, joven, de tez muy oscura y de muy buena familia, a juzgar por
sus delicadas vestiduras–. Perdonad mi mal norteño, mi padre creyó
conveniente que hablara todas las lenguas de Calradia, pero algunas las
aprendí mejor que otras.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–Soy
Matheld, sí. Quedáis disculpado, joven, pero si lo preferís, domino el
swadiano –bebió para aclararse la garganta. Llevaba tanto rato callada
que la voz había sonado áspera. Y era el primero después del rey Graveth
que la había tratado con amabilidad–. Si gustáis, aunque no hablemos
muy alto, que es el idioma de enemigos ancestrales del anfitrión.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–Lo
prefiero y quedo muy agradecido, gracias. Verá, pensaba que estaría su
señor aquí y se lo podría agradecer directamente, pero al parecer no
podrá ser –desvió la mirada a la mesa, donde reposaban, como soldados
caídos durante una batalla, los platillos que la norteña había ido
dejando vacíos–. Espero sinceramente que se encuentre bien.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–Sí,
se encuentra bien. Ha tenido que ausentarse de la celebración para
atender unos asuntos personales –no sabía hasta qué punto podría fiarse
de aquél desconocido ni por qué deseaba ver al antiguo mercenario. Pero
no sabía qué pensar a esas alturas alturas, pues los enemigos bien
habían estado entre los propios aliados–. ¿Y sois?</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–¡Oh!
¡Disculpad mi rudeza! Soy Fahd Azîm Salâm, capitán de infantería de lo
que solía ser el ejército del traidor Dhiyul, que los dioses torturen
toda la eternidad –esto último lo había dicho con auténtico rencor, casi
escupiendo las palabras–. Aunque algunos de mis hombres bajo mi mando
sufrieron heridas o murieron por nuestra confrontación, si no hubiera
sido por la piedad mostrada por el barón, la mayoría habrían muerto. Yo
mismo habría muerto con ellos.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">Se señaló el costado con la mano, indicando un recorrido.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–Al
atravesar la línea de campesinos me hirieron. Si no hubieran permitido
que el galeno nos atendiera, yo no habría sobrevivido.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–Entonces
brindemos porque mi señor sea más piadoso de lo que cuentan en las
esquinas –sonrió divertida Matheld. Recordaba que le había extrañado
aquella decisión. Ella era más de dejar que se pudrieran–. Salud.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–¡Sí!
¡Salud! –entrechocaron las copas y las apuraron con rapidez, atentos
ambos a la velocidad del otro–. La verdad es que se hace agradable
alguien con quien hablar. Prácticamente soy un apestado entre mis
compatriotas, por no sólo ser un oficial de un traidor, sino además
haber sobrevivido. Y entre nuestros antiguos enemigos, no soy muy bien
recibido, obviamente.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–Obviamente. Salud también, por los desgraciados que hacen su trabajo y reciben desprecio por ello.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–Salud.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">Bebieron
y hablaron durante un buen rato, compartiendo anécdotas y detalles de
aquella y otras batallas. Compartían el gusto y la profesión del combate
de infantería, aunque cada uno con un estilo distinto. Mientras Matheld
era de entrenamiento norteño, escudo redondo de madera, pesada malla,
destrales arrojadizas y espada ancha, Fahd dedicaba sus esfuerzos al
cuero endurecido y a la tela ligera, el sable curvo, lanza y adarga. El
problema del joven, según pudo advertir la experimentada soldado, es que
bebía más rápido de lo que comía y lo que comía era demasiado poco. El
vino comenzaba a hacer su primer y tal vez más temido efecto
deshinibidor y trataba de contenerlo con poco éxito. Tan poco que en un
momento dado, ante un atrevido apunte del capitán, no pudo hacer otra
cosa más que reír, franca, sonora y muy, muy alto. Éste, embriagado por
el vino y tratando de repetir la broma por encima de las risas, alzó la
voz más de la cuenta y se escuchó perfectamente la grosería en lengua
swadiana en toda la sala, que se sumió en un furioso silencio.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–Por todos los diablos sarnosos que se escapan de Averno... –comenzó a decir alguien–.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–¡Lo que me faltaba por escuchar! !A un guarraní haciendo chanza en swadiano!</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">El
comentario no pasó desapercibido y el ambiente se enrareció
perceptiblemente. Varios nobles sarraníes que conocían la lengua de
Rhodok se llevaron la mano al cinto y los más osados las posaron donde
debían estar sus espadas.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–Oh,
vaya –Fahd había cambiado de color. Su morena tez había cambiado por
una mortal palidez. La agradable embriaguez estaba volando con terrible
rapidez–. Creo que he cometido un grave error.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–Sí,
eso me temo –Matheld mordisqueó una pata de conejo con rapidez para
asentar el estómago. Había decidido que si alguien le levantaba la mano
al joven capitán, ese alguien tendría que buscarla entre el fuego del
hogar–. No os dejéis intimidar. Sois de buena familia. Que no pretendan
nada menos que una adecuada satisfacción. Y recordad que estoy aquí
mismo.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">Ahora
estaba rojo, porque los nobles sarraníes y el mismo Sultán Hakim
miraban hacia él. Sintió la punzada de náusea que le exigía vaciar el
contenido de su estómago. Vio los ojos de su padre, que no podían creer
que su enorme bocaza le hubiera vuelto a meter en un lío.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–Estoy
bien, musitó. Al fin y al cabo, soy Fahd Azîm Salâm y soy hijo de mis
padres. Si alguien se acerca con otra intención más que la de pedirme
explicaciones por mi desliz, perderá la mano –se palpó la cintura, donde
solía llevar el sable, pero no lo halló. Todos habían entrado
desarmados. Buscó una jarra–. O le romperé la cabeza.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">El
duque Althan de Trimbau se adelantó a buen paso hacia el joven. No
venía con cara amable y Fahd se preparó para lo peor, que precisamente
era lo que estaba por venir. Ante la aprobación de muchos de sus
compatriotas y el asco de los sarraníes, el duque alzó la mano para
abofetear. La palma acarició el aire, el capitán agarró su brazo y se lo
retorció para que doblara el espinazo hasta dar con la frente despejada
en la maciza mesa. El golpe fue tan seco que en toda la sala hubieron
un par de segundos de expectación para saber si Althan estaría vivo o
muerto después de semejante castigo, pero un quejido y el sorbeteo que
siguió confirmó que continuaba con vida.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–¡Estaré
gustoso de proporcionar la satisfacción que gustéis, pero no permitiré a
nadie que me abofetee como si fuera una… un niño! –mantuvo la presa
sobre el duque para impedir que se repitiera–.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">Otro
más, viendo que tenía las manos ocupadas avanzó rápidamente, pero no
llegó a acercarse lo suficiente ni para escupir. Matheld ya se había
adelantado, gruñendo y resoplando, en toda su norteña estatura.
Interceptó al nuevo contendiente, lo levantó sin esfuerzo y decidió
golpearlo con el puño hasta que suplicara que lo soltara o hasta que
vinieran más.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–Majestad,
mi señor Graveth. Mi amigo ha provocado y con razón la ira de estos
hombres –dijo la mujer tras soltar al noble, que había comenzado a
llorar ante la aterrada inactividad de sus compatriotas–. Entiendo que a
un siervo se le azotara justamente, pero merece un tratamiento de
deferencia según su rango.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">El rey alzó la vista. Había estado toda la comida como ausente. Pálido, como enfermo. Cansado.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–Tenéis
toda la razón. Debéis disculpadme todos, pues me había perdido en el
hilo de mis pensamientos –hizo un gesto con desgana–. Quienquiera que se
sienta ofendido, puede pedir que se repare la ofensa de la forma que se
convenga, a no ser que mi ilustre colega, Hakim, tenga algún problema.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–Ninguno, amigo mío.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–¡Ea
pues! Quién tenga asuntos que resolver que los declare aquí y ahora
ante todos y no quedará por un cobarde. Quien en silencio quede, que
para siempre y para sí se los guarde.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">Los
murmullos crecieron. El llanto del que Matheld había maltratado casi se
había apagado cuando el conde de Raich, alzó una mano, iracundo.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–Este
niño nos ha deshonrado a todos. No sólo habla en la lengua de nuestros
eternos enemigos; ¡sino que además la usa para decir groserías en estos
sagrados salones! Es por eso que exijo que obtenga un castigo justo. ¡Un
castigo por nuestra mano!</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–¡Eso
es una sandez! –respondió uno de los nobles sarraníes, casi sin dar
tiempo a terminar–. Hablamos de un joven díscolo y algo maleducado, pero
sigue siendo parte de la casa de Sâlam y no tiene porqué recibir
disciplina de un sucio amante de los pollos.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">El
comentario sobre el clásico apego sexual de los granjeros rhodokanos
por sus aves de corral no iba en absoluto destinado a calmar los ánimos.
A Matheld se le escapó a pesar del esfuerzo en contra, una risilla. La
parte de la derecha del salón, donde los de Rhodok se habían agrupado,
estalló en protestas.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–Tal
vez los señores acepten un combate de honor –la norteña había
recuperado la tranquilidad en su ser–. Si se lo permiten, creo que mi
joven amigo podrá proporcionar la satisfacción adecuada a estos casos a
quien lo desee.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–Su Majestad, si esta mujerzuela vuelve a hablar cuando no le compete, aseguro que haré que la…</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–¿Hará
qué, follapollos con ínfulas? ¿Azotarme como si fuera su mujer, o su
hija? –espetó, ya sin contener en absoluto la ira–. Yo no soy una débil
mujer rhodokana, soy señora de mis tierras, norteña y soldado. Si
alguien intenta tocarme aunque sea un sólo cabello, conocerá a su
hacedor.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">–Estoy
con vos señora. Si hay pelea, será contra los dos –Fahd apretó con
fuerza la taza y observó cuidadosamente a las personas en la sala–.
Puede ser de forma honorable, como acostumbran las formas, o en un
estilo más tabernario, si lo prefieren.</span></span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<br /></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<br /></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<br /></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<br /></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Althan, "Duque de Schrödinger".<br />
Hoy un poco más largo. No se me ocurría por donde cortar, así que allá va todo de una.</span> </span></span></span></div>
</div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-19021789342502383862015-10-27T19:22:00.001+01:002015-10-27T19:22:30.345+01:00Reissig - Larga senda<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;">Se puede considerar lo que viene ahora como la continuación natural de <a class="bbcode_url" href="http://lasendadelaventurero.blogspot.com.es/2013/06/partida-de-guerra.html">éste relato</a> que termina <a class="bbcode_url" href="http://lasendadelaventurero.blogspot.com.es/2014/07/partida-de-guerra-8.html">aquí.</a></span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">Ardía la villa. La noche se teñía de rojo y los pobladores poco
podían hacer contra su enemigo. Nunca había caído una desgracia como
aquella, un ejército completo buscando sustento por medio del pillaje y
el saqueo concienzudo de toda la región.<br />
Corría la mujer entre el fuego, acompañada de el único de sus hijos que
no había sucumbido a enfermedades, accidentes o anteriores saqueos. Él
apenas podía seguir su ritmo y la retrasaba. No recorrieron demasiado
sin que algunos de los batidores los vieran y cortaran su alocada
carrera.<br />
–Señora, por favor, no hay por qué tener miedo –el soldado se acercó,
relajando el brazo de la lanza–. Tan sólo queremos pasar un buen rato y
un esclavo nuevo que dure mucho en galeras.<br />
Apenas pudo terminar la frase. La mujer se había adelantado, incrustando
los nudillos bajo la mandíbula del lancero con un espectacular gancho.
Cogió la lanza antes de que la soltara y se puso en posición de combate,
atenta a cualquier movimiento.<br />
–Reissig, ¡Corre! –apretó con músculos de hierro el arma y se adelantó
con una lanzada terrible al más cercano, que murió ensartado en el
momento.<br />
El niño acertó a correr algunos metros más, antes de que un caballo y su
jinete le bloquearan el paso. Incapaz de saber qué hacer, corrió hacia
un pequeño montón de ladrillos que habían terminado de cocer aquella
misma mañana y se escondió.<br />
Ella continuaba con su baile. Y era terrible. Cualquiera que se acercara
recibía un golpe o una estocada que si no eran mortales, bien lo
parecían. Intentaba retirarse en dirección a su hijo, pero no dejaban de
acosarla, entre gritos y maldiciones. La lanza los mantenía alejados.
Al menos tres se lanzaron al tiempo buscando no dar ninguna oportunidad,
pero no lo lograron. Ensartó al del centro y usó el asta para bloquear
el ataque del de su izquierda, mientras intentaba que el de su derecha
no acertara el golpe y lo logró a medias, pues los pasos que había
avanzado lo habían hecho calcular mal y le dió con el mango de la espada
en el hombro. Gritó terrible y le arrebató el arma con una mano,
mientras soltaba la lanza para poder encargarse de aquél. No tardó en
matarlo a golpes de espada, pero sintió de pronto el dolor lacerante de
una hoja entre sus costillas. El de la izquierda la había apuñalado y
ahora preparaba el golpe final. Desvió aquél sablazo descendente y
golpeó a su vez en el cuello con un rápido movimiento que rompió malla,
carne y hueso.<br />
Reissig quería gritar. Seguía preocupado por ella, pero sabía que nada
podría detenerla. Nada. Salió de su escondrijo y antes de poder comenzar
a correr en su dirección, apareció un jinete entre el humo, cargando
con el sable en alto. Su madre, que ya había cogido de nuevo la lanza,
la levantó para enfrentarse a la nueva amenaza y clavó en cuerpo, pero
la inercia era tanta que partió lanza e hizo que ella girara sobre sí
misma antes de acabar en el suelo. Se apoyó sobre la espada y comenzó a
incorporarse, a tiempo de ver a su hijo frente a ella, junto a los
ladrillos, gritando aterrado. Resopló para levantarse y seguir plantando
batalla, pero no pudo ya. Un segundo soldado a caballo le estampó el
enorme martillo de guerra en la cabeza, apagando para siempre su vida.
Con los ojos fuera de las órbitas y el cráneo desfigurado, su cadáver
sin vida cayó hacia adelante.<br />
–¡Madre! –el niño se arrodilló donde estaba, llorando desesperanzado–. ¡Madre!<br />
Continuaron viniendo mientras se arrastraba hacia ella, incapaz de
levantar la vista de puro terror. Pudo agarrarse a su cuerpo inerte y se
acurrucó desolado.<br />
Los jinetes festejaron. Los soldados se dieron al pillaje sin oposición.
La villa ardió y el ejército se fue en busca de otra que pudiera saciar
el enorme hambre que aquella masa humana siempre sentía. Y el nuevo día
sorprendió a un niño abrazado al cadáver de su madre.<br />
Abrió los ojos. Sombras lo observaban desde lo que parecía ser un cielo
de fuego. Un par de manos inmensas, oscuras y malignas se acercaron para
estrangularlo y gritó desde el fondo de su alma, en un lugar que
pensaba haber escondido hacía mucho.<br />
–¿Barón? –Klethi había escuchado los murmullos de Reissig en su catre y
se había acercado a la tienda. Al escuchar el grito le había faltado
tiempo para echar mano a la espada y entrar rauda con una de las
lámparas que siempre mantenían encendidas–. Jefe; ¿se encuentra bien?<br />
El antiguo mercenario tenía la cara descompuesta en una horrible
expresión. Parecía asustado y tenía los ojos llorosos. Sudaba como si
estuvieran de nuevo en el desierto a pleno Sol y no parecía reaccionar a
las llamadas. Por fin, parpadeó, se llevó las manos a la cara y
devolvió la mirada hacia la sorprendida Klethi.<br />
–Me he movido durante un sueño y me ha dolido la herida. No hace falta armar más escándalo.<br />
–Jefe, ha despertado a medio campamento –los murmullos de alarma se
extendían a lo lejos, mezclados con los ruidos de metal–. Y parece que
no es lo único.<br />
Las sábanas se estaban tiñendo de rojo. Ella llamó con un grito al
galeno y pidió que alguien pasara la voz de que no ocurría nada
terrible.<br />
–Bueno, parece que se ha abierto –se movió hacia él, para prepararlo
para el médico–. Procure no moverse tanto por la noche, que el día menos
pensado me da un disgusto. Y ponga mejor cara, que no quiero verle así.<br />
Todavía tenía el el rostro una expresión de gran tristeza, fruto de las
sensaciones de la pesadilla. Un rostro que nadie había visto en décadas.</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Reissig como siempre, un tío majete y con una mente equilibrada.<br />
<br />
A ver como sale esto para adelante. Tengo para cuatro entradas más de
una historia que no debería alargarse más allá de las ocho. A ver si me
cojo a la costumbre de nuevo de escribir, que tengo muchas historias que
quiero contar y así no voy a llegar nunca.</span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-19477163123849467672015-10-12T17:16:00.002+02:002015-10-12T17:19:26.504+02:00Música y trasfondo para Star Wars.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Segundo post del año. Hurra.</span></span><br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://i.imgur.com/LXzIz.gif" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="http://i.imgur.com/LXzIz.gif" height="168" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Eso es lluvia de alegría</td></tr>
</tbody></table>
</span></span><br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /><br />Recordaréis que en el <a href="http://lasendadelaventurero.blogspot.com.es/2015/03/rol-online-y-un-servidor.html">anterior </a>contaba ideas de cara a jugar a rol online (videojuego no, rol de veras, pero a través de internet). Las conclusiones, venían a ser, usar el relativo anonimato y las ventajas del medio para proponer una partida que no fuera al estilo tradicional, sino una suerte de "universo persistente de mesa virtual" por así llamarlo.<br /><br />Ahora, lo que vengo a poner por escrito, interese o no, es la idea de trasfondo y música. Es gracioso que esté escribiendo esto, porque como algunos bien me podrían señalar; Star Wars YA es un universo con trasfondo y YA tiene música (de la música, hablamos más abajo). Y es algo en lo que tendréis razón.<br />Pero me plantea un problema y es que aunque el estilo de ópera espacial me encanta y por eso he elegido este universo para hacer una partida, es porque solía estar muy ducho en la historia del mismo. Digo solía, porque aparentemente, ya no. No sólo la compra de la franquicia por parte de Disney ha cambiado mucho, sino que hay material que han cambiado ideas e historias que ya estaban constituidas por novelas muchos años atrás. No voy a comenzar una recopilación de datos ni mucho menos. Es demasiado trabajo. Así que me he puesto con herramientas adecuadas a intentar unificar algunas cosas, de cara especialmente a tener muy claro lo que ocurre y cómo ocurre. Además, no se trata de quedarme con una sóla parte de una historia que en ocasiones se contradice (en ocasiones se contradice en medidas de navíos, y en otras directamente una obra contradice a otra), pero tiendo a preferir lo que se puede considerar "original", más que nada por lo que vino primero y es lo que controlo algo mejor. El problema es que a veces el material original, aunque puede entenderse de cara a vender su idea, dentro de un Universo vivo, puede no tener sentido, como por ejemplo, la nula capacidad de un stormtrooper de acertar a alguien que tenga nombre y apellidos (especialmente cuando hay publicaciones que aluden a la condición de élite de los soldados de blanco (pero claro, en otras comentan que es que la clonación luego fue malamente y así tiran)).<br />Además, haber convertido todo el Universo Expandido en "algo que está fuera de lo que ocurre de verdad" me quita pensamientos oscuros y me espolea a cambiar lo que necesite.<br />Así que sí, será Star Wars y espero ser capaz de mantener el sabor de frontera y western cuando la historia vaya por zonas del estilo y mantener la multiculturalidad de miles de mundos civilizados que comparten un gobierno y millones de culturas. Que la Aventura siga teniendo estilo de Star Wars, pero manteniendo el espíritu de un juego de rol.<br /><br />Y sobre la música, no es que tenga un problema con el trabajo de John Williams. De hecho, lo mejor que ha salido de las precuelas además de algunos excelentes personajes e ideas interesantes (me encantan las puñeteras carreras de pods), es la música. Pero son piezas que me valen para situaciones concretas, como ocurre en las pelis. Y aunque cualquier combate espacial está bien ambientado con por ejemplo la pieza de "Una Nueva Esperanza"; "TIE Fighter Attack", no puedo repetir siempre los mismos y no siempre voy a necesitar un tono tan serio. Es un Universo y en ocasiones tendremos momentos en los que poner las tras partes de la música de la batalla de Endor tendrá sentido, por lo épico, otras veces buscaré algo que no está en la banda sonora original. Por ejemplo, música de las décadas de los 60, 70 y 80, otras piezas de instrumental, electrónica... Cualquier cosa que tenga a mano para mantener la faceta de Star Wars que quiero para cada partida, ya sea la aventura, lo bélico, el western descarado e incluso, la parte más política y corrupta del Universo.<br />Mi mayor problema con esa música es que en ocasiones es perfecta para situaciones, pero si son canciones, pueden llegar a reventar la inmersión en el Universo tan solo por cantar sobre algo demasiado familiar y que sólo podríamos encontrar aquí, en la Tierra.<br /><br />Vaya, dos entradas en 2015 y sólo son de daros la chapa. Yo exigía la devolución.</span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-85514253500625505412015-03-20T16:02:00.001+01:002015-03-20T21:46:45.460+01:00Rol online y un servidor.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">¡Ey! ¡Primera entrada de 2015! ¡Yay! ¡En marzo!</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">(TOCHO DE TEXTO, cruzad estas líneas bajo propia responsabilidad).</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">Llevo casi un año produciendo, o intentando producir (esto último se ajusta mejor a la realidad de mi trabajo sobre el teclado últimamente, la verdad) una campaña de rol online de Star Wars. Dicho así suena a confesión, pero nada más lejos, es una pequeña muestra de las impresiones que he ido teniendo según iba pensando qué hacer y como hacerlo (como de costumbre, trabajo de cabeza, luego ya llega el momento de plasmarlo).</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">El rol online es mucho más sencillo de organizar a priori que el clásico de mesa. Sólo necesitas un jugador como mínimo al otro lado de la línea y ni siquiera tiene que vivir cerca de ti. He jugado varias campañas en este rollo (como jugador principalmente) y es muy satisfactorio. Es una forma distinta de afrontar una partida. Personalmente, me gusta más que la partida sea escrita que hablada, para que no haya que lidiar con problemas de audio (un mal micro, no saber usarlo o una mala conexión y adiós a la agradable partida) y de paso porque permite que mientras se escribe, que no es tan lento, los otros jugadores piensen en silencio lo que van a hacer.</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">La campaña que tengo planeada, será escrita, para que entre acción y acción, me de tiempo a buscar cosas o añadir descripciones rápidas para los jugadores.</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">Los dados virtuales no siempre funcionan bien. No entraré en el tema de si un sistema informático permite el azar, tan solo apuntaré que en ocasiones a alguno de los programas que he usado de lanzador de dados, se les ha visto el plumero (por ejemplo, tuve uno que si tirabas varias veces consecutivas el mismo dado, en cuanto sacaba el primer número, los siguientes siempre aumentaban su valor en 1 tras cada tirada). Como máster, sé de qué jugadores me puedo fiar para que hagan la tirada en su casa si disponen de dados y de cuales voy a querer ver hasta sus tiradas de atinar en la letrina. Por mi parte, como dejota (director de juego) las tiradas ocultas las lanzo directamente sobre mi mesa con mis propios dados, pero el resto no hay problemas en hacerlo de la misma manera.</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">El anonimato online siempre puede estar muy bien. Hasta ahora no he experimentado con ello, esta es la primera vez que lo intento y lo mismo me paso de ambicioso. No solo cada jugador no sabrá con quién está jugando, sino que intento evitar que sepa que la persona con la que interactúa es un personaje jugador. Después de muchos años jugando, he comprobado, como tantos otros, que los jugadores tienden a ser más permisivos con los personajes jugadores que con los no jugadores. No es que me moleste, pues si no, no habría partida. He visto sesiones de pejotas (personajes jugadores) que se miraban mal los unos a los otros a cada paso y procuraban acabar con sus compañeros. Yo mismo he sido uno de estos jugadores en alguna ocasión, especialmente la última, pues trataba de rolear bien la naturaleza de mi pejota (al final acabó siendo mucho más suave, porque si no, se habría pirado del grupo a la primera oportunidad).</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">Lo que intento conseguir con esto, como habréis adivinado, es que los jugadores ni anden a la greña con cada peenejota (personaje no jugador) que se encuentren ni sean tan absurdamente permisivos con los desconocidos. Encontré ya hace tiempo una página que podría ayudar con esto: </span><a class="bbcode_url" href="https://app.roll20.net/home" style="background-color: white; border: 0px; color: #e68d15; cursor: pointer; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">Roll20</a><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">. Está muy orientada al sistema d20, pero sirve para mis propósitos (tiene tirada de dados, comunicación escrita y por voz, permite dibujar mapas muy detallados, añadir música y efectos que escucharán los pejotas y dos funcionalidades que me han gustado mucho; puedo hablar como si fuera otra persona y con un sencillo truco que leí en los foros, se pueden ocultar los avatares de los personajes, de forma que no se sepa cuantos ni quienes juegan. El problema de este último truco, es que no forma parte del sistema y hay que activarlo después de cargar la lista de jugadores, así que volvemos a la honestidad de los jugadores para que hagan el favor y no miren avatares.</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">En un universo de juego, todos los jugadores no tienen por qué compartir tablero. Esto está muy ligado a la anterior cuestión y a la siguiente. He decidido que la campaña oficialmente comience durante la batalla de Hoth. Esto no es que los jugadores vayan a combatir en dicho evento, sino que dicho evento estará en su apogeo cuando el reloj de campaña comience a girar. Cada jugador comenzará su partida según haya decidido su historia de personaje y comenzará en solitario. Se acabó el clásico comienzo de grupo que se encuentra en una cantina y accede a colaborar. ¿Para qué necesitamos comienzos similares, si pueden simplemente jugar, encontrarse en el universo de juego y decidir colaborar de forma genuina (que lo mismo deciden matarse)? No me entendáis mal. Me gusta comenzar con un grupo ya hecho y un primero objetivo, pero en esta campaña he decidido aprovechar todas las "carencias" del juego online y ponerlas a trabajar en otra forma de juego.</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">Las sesiones, que sean cortas. Una hora o dos de juego con una sola persona (o dos personas) se suelen traducir en mucho avance. Casi no hay distracciones, pues un despiste del chat puede suponer unos minutos de incomunicación molestos para la sesión de juego, para los jugadores y para el dejota y aunque son más difíciles de cortar (ve a decirle a alguien con quién no estás, que deje de mirar porno mientras jugáis), suelen ser más escandalosas y mucho menos placenteras para todos que las distracciones sobre la mesa física (va, hay doritos sobre la mesa y os ponéis a hablar de pelis. A todos nos gustan las pelis así que todos participamos), así que a mitad no se pueden cortar, pero de una partida a otra nos podemos asegurar que no hayan más (por ejemplo, dejando de jugar con ese pejota mientras mantenga su necesidad de ver vídeos a pantalla completa mientras juega).</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">La cantidad de jugadores no debería de ser muy alta en una misma sesión. Dependiendo del estilo de la sesión, yo diría que unos cuatro son el máximo si se portan correctamente. Dos son un número ideal, pero cuatro es fácilmente controlable. Más allá, que decida cada cual.</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">En mi caso, no he decidido un tope de jugadores. Principalmente, porque comienzan en solitario, pero no creo que me vaya mucho de esa cifra, pues si la idea es que todos vayan más o menos a la vez (compartan fechas dentro del universo de juego, vaya), habrá que jugar una sesión con cada uno antes de volver al principio de la lista (y eso contando que en todas las sesiones se avance lo mismo, cosa que no va a pasar).</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">He decidido que sean pocos jugadores, en sesiones cortas, en solitario o en pequeños grupos (que no tienen por qué mantenerse) y cuya aventura comienza a partir de un momento determinado. Pero hay algo más. Su historia. Si habéis jugado a rol, sabréis que generalmente un personaje tiene una historia, una vida sobre sus espaldas. Esa vida debería definir en parte se carácter y forma de actuar, la forma en la que el jugador debe actuar. Salvo gloriosas excepciones, los jugadores tienden a sentirse más ligados a su historia vivida con el personaje que a la anterior, la no jugada y tan solo descrita. No es extraño, pues al fin y al cabo, lo que se ha jugado, de una manera o de otra, depende de las elecciones de cada uno, especialmente en este caso, del jugador. La historia que ejerce vida anterior queda un poco menos intensa, precisamente porque no ha participado más que en su creación.</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">Yo también me siento muy ligado a las historias que escribo, pero he de reconocer que algunos de los personajes de mis relatos que más me gustan están entre los que he jugado. Ilvael, Reissig, Vilem. Todos ellos, sea sobre el tablero o desde la pantalla del ordenador y el ratón en la mano, han sido más parte de mí mismo que ningún otro (especialmente el último).</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">Así pues, en parte para poder probar el sistema que estoy modificando (</span><a class="bbcode_url" href="http://posadadelnarrador.blogspot.com.es/" style="background-color: white; border: 0px; color: #e68d15; cursor: pointer; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;"> Sistema del Dodecaedro, por el Narrador de Antagis</a><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">), he decidido realizar una serie de prólogos. El jugador siempre querrá más venganza sobre el asesino de su familia si en lugar de una corta descripción en el reverso de la hoja, lo que tiene es una sesión de juego en la que conoce los placeres de vivir con sus familiares y todo esto le es arrebatado cruelmente por un terrible pirata que además se regodea en su cara. Digamos que la próxima vez que se vean prometerá ser más épico y dramático todavía.</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">No puedo, evidentemente hacer un prólogo de toda su vida. Es imposible. Pero siempre hay pequeñas (o grandes) cosas que definen al personaje. Voy a intentar que en lugar de que el jugador decida por completo estas cosas mediante un trasfondo detallado, tenga que jugarlas "vivirlas" y que sea consciente de que sus decisiones tuvieron consecuencias.</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">No es corto el tocho de texto, pero creo que está bien. No tocaré temas como si seré "Máster Mamá" (como hace siglos) o el clásico Guardián de los Arcanos (quien sepa de qué hablo sabrá a qué me refiero), o si el universo de juego en el que voy a meter la partida será tal o Pascual, porque sería mucho para explicar (básicamente, es mi visión literaria del Universo Expandido de Star Wars).</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">Creo que jugar a rol de mesa online no tiene por qué intentar necesariamente emular el rol de mesa tradicional. Dispone de unas capacidades y unas herramientas que permiten el despliegue de historias, efectos y personajes que sobre una mesa no se podrían dar, o sería complicado en extremo. Mi opinión personal, es que si queréis realizar alguna partida online, exploréis todas las opciones que os brinda el medio (a no ser que queráis una partida en el sentido clásico de la palabra, claro), pues hay muchas y muy agradables.</span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-28435181116127657742014-10-15T23:06:00.000+02:002014-10-15T23:06:07.760+02:00Vacaciones; por Dark_Lord<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;"><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">Aquellas vacaciones estaban siendo estupendas. Mi chica y yo siempre habíamos sido grandes apasionados de la Historia y siempre buscábamos paquetes vacacionales algo diferentes a lo habitual. Normalmente, nos solíamos limitar a viajes de fin de semana, ya que el presupuesto nunca daba para más. No eran nada despreciables, solo sin salir de nuestra bella Andalucía había grandes rutas guiadas por la Alhambra de Granada o la mezquita de Córdoba. Pero esta vez celebrábamos 10 años juntos y la ocasión se merecía algo más especial. Tras rastrear por Internet, finalmente encontramos uno llamado La Ruta de las Cruzadas, que sonaba muy interesante. Nos metimos en un crédito con el banco, endeudandonos ambos hasta la ceja, pero había merecido la pena. A causa del calor, casi siempre descansábamos a mediodía en tiendas de campaña y viajábamos casi por la noche. Nuestro guía era un hombre gordito, bajito, con bigote, muy entrado en años. Se le notaba que nuestro idioma aun le resultaba extraño, que había palabras que aun le costaba. Aun así, hablaba como seis idiomas y se le entendía muy bien. Se notaba que no solo dominaba la historia oficial, si no aquella que solo había escuchado por boca de sus antepasados.<br />-Este lugar, mis amigos, fue tiestigo de las más curiosas batallas. Muchos escriben de como llegaron a ser grandes los reyes de la ápoca. Pero, pocos reyes debieron tanto su poder a ssiubditos leales, aunque ellos no se considerasen así. Uno de ellos, considerado un simple mierceñario, desafió a uno de los grandes jeques de aquella época. Aunque esto parezca solo un desierto, hace algunos shiglos, era donde el iemir de nuestra hiztoria tenía ubicada su fortaleza. Sé que es extrnio pensar que este lugar pudiese tener un palacio paradiciaco, piero los hombres del diesieto conocían bien shus siecretos.<br />Ciertamente, el lugar no parecía haber tenido nunca nada. Costaba imaginarlo, pero no sería la primera vez que hubiese ocurrido algo similar. Los años podían borrar la huella de cualquier cosa, incluso de una ciudad.<br />-Aquel iemir no había aprendido que si Alá te pone en tu mano a tu enemigo para matarlo, has de apriovechar para liquidarlo, antes de que la oportunidad y la fortuna cambie de lado. Él pienso que su eniemigo estaba acabado, pero demostró lo pieligroso que es tener servidores leales. Y que el aprecio puede más que el miedo. Un simple mercenario logró borrar de la historia a un iemir tan poderoso como aquel. Y su niombre pasó a significar osado, vlaliente en el idioma de nuestros ancestros.<br />-¿Y cual era el nombre de aquel valiente guerrero? - preguntó ua veinteañera, completamente ensoñada con aquellos relatos tan épicos que nuestro guía contaba.<br />-Reissig, el que lucha hasta el final con coraje.</span></span><br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" /><br /><br /><br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">¡Hola a todos! Hoy os presento un relato regalo de </span><span class="usuario" style="background-color: white; border: 0px; color: #83c105; font-weight: bold; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><a class="usuario" href="http://subcultura.es/user/Dark_Lord" style="border: 0px; color: #83c105; cursor: pointer; font-style: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;" title="Perfil de Dark_Lord">Dark_Lord</a></span><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">, que está obsequiando con trabajos cortos a todos los que se lo pidan </span><a class="bbcode_url" href="http://subcultura.es/blogs/Dark_Lord/31-dias-31-relatos-22156/" style="background-color: white; border: 0px; color: #e68d15; cursor: pointer; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">aquí</a><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;"> hasta un límite de 31. Aprovechad chavaladuría y llenandle el post a peticiones (dentro de las bases, claro).</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">Recordad que además, dispone de página web personal:</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><a class="bbcode_url" href="http://www.simplementeyo.info/" style="background-color: white; border: 0px; color: #e68d15; cursor: pointer; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">El Rincón de Dark_Lord</a><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">; donde podréis encontrar detalles de otros trabajos suyos, tanto como novelista y guionista.</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">Sobre el relato en sí, debo reconocer que me gustó mucho que pudiera sacar a Reissig de su contexto habitual de matanzas y crueldades y lo acercara a una época más amable. Además, convendréis conmigo que su leyenda salta tiempos y hasta realidades. ¡Un saludo a todos y mil gracias a </span><span class="usuario" style="background-color: white; border: 0px; color: #83c105; font-weight: bold; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><a class="usuario" href="http://subcultura.es/user/Dark_Lord" style="border: 0px; color: #83c105; cursor: pointer; font-style: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;" title="Perfil de Dark_Lord">Dark_Lord</a></span><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">!</span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-15552934462041737792014-10-15T00:41:00.003+02:002014-10-15T00:43:24.363+02:00Catalina 2<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div dir="ltr" style="line-height: 1.15; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">El desierto se extiende bajo el aparato, inabarcable en todas direcciones. Aquella trampa de aparente oro se antoja inofensiva, si no fuera porque cualquier fallo en los motores, en la navegación o en alguno de los delicados sistemas del viejo hidroavión Catalina significa la muerte. He decidido atravesar desde Niamey en el suroeste de Nigeria hasta Túnez capital bajo mi propia responsabilidad y no espero un rescate heroico para un europeo imprudente. Tampoco lo exigiré. Éste es mi viaje y mi aventura, debo terminarlo por mis propios medios.</span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.15; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">Los filtros de arena pesan y me molestan más de lo que me gusta admitir para un trasto del que dependo tanto, pero no tengo más remedio que admitirlos a bordo, o en los despegues y aterrizajes los motores se me llenarán de arena. Y con lo viejos y gastados que están, ya sólo les faltaba eso.</span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.15; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">Pero me da igual todo. Tengo sobre la cabeza el ronroneo contínuo de las cámaras de explosión, 1200 caballos de potencia contenidos en 14 cilindros que no explotan ya por milagro o convencimiento de su propia leyenda. Dos grandes y viejos motores, los de serie, sin añadidos. Sin más añadidos que los cientos de reparaciones que han ido necesitando a través de las decenas de años que han sobrevivido.</span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.15; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">El horizonte está lejos o cerca, me da igual, apenas es una línea difusa que se torna todavía más borrosa por el calor y la luz del Sol cae implacable sobre mi vieja e impecable compañera que avanza imperturbable ante los vientos que la azotan. Nada la ha detenido antes y nada nos detendrá ahora.</span></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.15; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">Uso los compensadores para mantenerla nivelada y que no me necesite y me desplazo hacia las cúpulas de observación, desde donde quiero tomar varias fotos. No es que sea algo nuevo, o una nueva forma de ver el Sahara. Pero es mi viaje, y quiero guardar un recuerdo cuando yo ya no esté aquí. Porque cuando yo ya no esté, ella, Catalina, necesitará de fotos para expresar sus viajes.</span></span></div>
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br />
</span><br />
<span id="docs-internal-guid-195533e0-10cf-95dd-e603-e7fe28995f95"><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Y de nuevo, como hace unas semanas que me han parecido años; me encuentro en la felicidad absoluta.</span></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span>
<span style="white-space: pre-wrap;">Hace unos cuantos años, escribí el que sería el primer relato corto que no tenía relación con absolutamente nada de lo que llevaba escribiendo hasta ahora. Ese relato se tituló <a href="http://lasendadelaventurero.blogspot.com.es/2011/10/catalina.html">Catalina</a>.</span></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"></span><br /></span>
<span style="white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Lo que hoy os traigo es una suerte de continuación. Espero que os haya gustado.</span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-86236809148159582872014-09-18T00:43:00.002+02:002014-09-18T00:44:02.877+02:00¡Libertad!<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;"><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">Apenas había un centímetro cuadrado fresco. Las piedras reblandecidas por los brutales rayos del inmisericorde Sol trataban de mantenerse donde estaban para evitar conocer nuevas agonías relacionadas con la temperatura. Un gran montículo de rocas y arena descansaba en mitad de aquél desolador desierto de afiladas rocas y lagartos cocinados allí donde tenían la desgracia de asomarse a la superficie. De dicho montículo, sin embargo, llegaban extraños sonidos. Algo se debatía bajo el gran peñasco ardiente, y se debatía a golpes, gritos e insultos de toda índole.<br />Una gran roca se movía ligeramente a intervalos regulares. Tan regulares como los gruñidos que ocurrían bajo ella, que sonaban entre desesperados y muy enfadados. Poco a poco, se desplazaba más y más. A golpes.<br />Esta vez ya no eran golpes. Alguien empujaba decididamente desde el otro lado, un poco desde abajo, haciendo toda la fuerza que a esas horas podía hacer, que evidentemente no debía ser demasiada. Y gritaba mucho, por el esfuerzo, el dolor, la desesperación y unas inconfesables ganas de comerse una buena hamburguesa.<br />La roca se desplazó, primero hacia arriba y luego hacia adelante. Y un hombre, que era más bestia que persona, empujó dando un último grito, prolongado y extenuado, que acabó átono, sin fuerza y que parecía soltar polvo.<br />-¡Libre! ¡Libre! ¡Soy libre! ¡LIBRE! -exclamó el desmejorado desconocido, con una ridícula barba de días, las cejas pobladas de polvo de su cueva y la panza bien llena de todo lo que se movía por allá abajo-. ¡Ya no tengo que quedarme más en esta apestosa cueva!<br /><br />Observó el valle. Tosió un poco, que esta vez sin ninguna duda, confirmaba que el inusual náufrago del desierto se alimentaba de arena o serrín, pues expelía nubes tremendas de polvo. Se dejó bañar por el Sol, sonrió al asfixiante viento, sintió como el sudor lo bañaba inmediatamente por completo y como se iba poniendo moreno por momentos. Paladeó el sabor del aire, la sequedad que le contraía los labios y quemaba la tráquea.<br />-Que lo mismo... Puedo quedarme un poco más -dijo, mientras se volvía a su cubil-. Que tampoco era tan malo.</span></span><br />
<br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 18px;" />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">Buenas noches a todo el mundo. Ando de "vuelta". No puedo decir que a tope de rendimiento. Tampoco, siquiera, puedo decir que con todo el ánimo en el cuerpo. Pero a menos que falle el examen que hice el sábado (sí, lo hice el sábado y os lo cuento ahora, y hasta para mis aficiones me doy vacaciones); lo que me obligaría a repetirlo en Noviembre, puedo decir que he pasado lo realmente gordo (no sólo por temario, sino por responsabilidad) y a partir de ahora tendré </span><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">tiempo</span><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">, mío, propio e intransferible.</span></span><br />
<span style="background-color: white; color: #444444; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 18px;">Lo bueno es que no me he quedado parado y he ido haciendo algunas cosillas entre mis horarios de estudio y aunque no todo está relacionado con los relatos, algo hay adelantado que me permitirá (espero) teneros unos cuantos meses en antena.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /></span>
<span style="background-color: white; color: #444444; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 18px;">Así pues, podemos dar por reabierta La Senda del Aventurero. Hola a todo el mundo de nuevo.</span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-22852881799183432152014-09-10T20:18:00.000+02:002014-09-10T20:18:29.520+02:00Un mensaje para el atamán (regalo para Platov).<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;"><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">Era un día caluroso de Septiembre y la estepa rebosaba actividad.. El jinete galopaba a toda velocidad, prácticamente ajeno a las pobres gentes del camino polvoriento, que trataban de apartarse y lo maldecían a voces y en ocasiones incluso con el puño levantado.<br />–¡Camorrista! –espetó una anciana, tras levantarse del suelo como pudo–.<br />–¡Lo siento, llevo demasiada prisa! –el jinete estaba ya lejos cuando terminó la frase, porque su alazán corría como si lo persiguiera el mismo diablo y de tal manera apremiaba a la montura–. ¡Vamos Jhiphir! ¡Hemos de estar de vuelta antes de tres días y antes hemos de entregar el mensaje!<br />El caballo resopló y apretó el paso al notar como las rodillas de su dueño aumentaban ligeramente la presión. Llevaban dos días demoledores, pero no podían parar. No podían, creyendo estar tan cerca.<br /><br />Una columna. Podía ver una columna de jinetes. No tenía muy claro si eran ellos, o si tan sólo era otra compañía de mercenarios que tal vez le rebanarían la cabeza en cuanto se pusiera a observarlos de cerca para reconocer su escudo. Confiaba en el pobre Jhiphir en caso de que no fueran muy educados. Cabalgó hasta ellos y sacó un papel, donde podía ver el dibujo que estaba buscando. Escudriñó con cuidado, atento a cualquier mala cara, que de momento sólo eran de sorpresa y extrañeza ante tanta majadería por su parte. Por fin, reconoció el emblema y rió alborozado por haberlos encontrado. Taloneó su montura para avanzar hasta la cabeza de la columna y allí, ante gentes con aspecto de no fiarse ni un pelo, intento presentarse:<br />–¡Saludos, poderosos cosacos del Don! –dijo, tratando de sonar todo lo serio posible–. ¡Soy Admes y soy mensajero y vengo con una carta para vuestro augusto atamán!<br />–¡Más que mensajero, parecéis un pordiosero! –chanceó a voz de grito uno de los que encabezaban el grupo y se escucharon las risas atronadoras a cientos de metros–.<br />–¡Silencio en toda la columna! –una voz se abría paso entre los jinetes, revelando a un hombre de mirada astuta y vivaz, al que se le acercaba ahora alguien para susurrarle algo–. ¡Lavr, si es un asesino, ya daré cuenta de él, maldita sea! Yo hablaré con el desconocido.<br />Se acercó a pocos metros de Admes, acariciando como al descuido su temible látigo y sin que mediara orden, su montura frenó, dando un golpe con el casco en tierra, como marcando su lugar.<br />–Bien mensajero, decid, os escucho.<br />–Sire, me ha enviado mi señor Lánderer, para entregaros esta carta.<br />La tendió con humildad e hizo avanzar a su caballo hasta que quedara al alcance del atamán, que la cogió sin estirarse y sin apartar la mano del látigo. A continuación volvió a su posición y esperó a que la leyera entera.<br />–¿Qué respuesta debo dar, sire?<br />Sonrió el atamán y miró a los ojos del expectante mensajero.<br />–Agradeced a vuestro señor su gentileza, fiel mensajero. Tomad buen oro para el camino e id en paz.<br />–Gracias, mi señor. Cantaré sus alabanzas mientras vuelvo con los míos –dijo, sonriendo y cogiendo la bolsa que le tendían ¡Todos conocerán la generosidad del atamán!</span></span><br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">Ayer, a cuatro días de mi particular día D, va y resulta que el trastomóvil vía feisbukil me informa oportunamente que es día de celebración, ya que nuestro celebérrimo </span><span class="usuario" style="background-color: white; border: 0px; color: #83c105; font-weight: bold; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><a class="usuario" href="http://subcultura.es/user/Platov" style="border: 0px; color: #83c105; cursor: pointer; font-style: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;" title="Perfil de Platov">Platov</a></span><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">, usuario entre los usuarios, cosaco de la Historia y diestro espadachín de las Palabras, cumple años. Ante la tesitura de hacerme el longuis o currarme un buen regalo, decidí hacerme el longuis y mandarle lo que acabáis de leer.</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">Podéis leer su estupendo blog </span><a class="bbcode_url" href="http://subcultura.es/blogs/Platov" style="background-color: white; border: 0px; color: #e68d15; cursor: pointer; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">aquí</a><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">. Y creedme, queréis hacerlo.</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">¡Felicidades Sire! Admes asegura que la vuelta fue segura, grata y muy entretenida gracias al oro.</span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-30620897921829923862014-08-17T21:32:00.001+02:002014-08-17T21:36:03.320+02:00Relato para Duelo Relatístico.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">Resulta que estoy limpiando Google Drive y me encuentro cosillas y proyectos de antaño. Entre ellos, un relatito corto que escribí para el </span><a class="bbcode_url" href="http://subcultura.es/foro/off-topic/post/2839/" style="background-color: white; border: 0px; color: #e68d15; cursor: pointer; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">¡Duelo Relatístico</a><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">, en el que me medía mano a mano con </span><span class="usuario" style="background-color: white; border: 0px; color: #83c105; font-weight: bold; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><a class="usuario" href="http://subcultura.es/user/Peri" style="border: 0px; color: #83c105; cursor: pointer; font-style: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;" title="Perfil de Peri">Peri</a></span><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">. No sé qué pasó con el Duelo (la verdad es que después de presentar el relato y pasarme por el foro alguna vez, derivé mi mente a buscar curro e intentar mantener flotando la Senda del Aventurero, y eso ocupó todos mis procesos mentales). Ahora me he acordado (manda huevos, peste de memoria tengo) y hasta he buscado el hilo para publicar esto de forma apropiada y que tengáis referencias (leed los relatos que fue escribiendo la gente, que merecen la pena, leñe).</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">La imagen que debíamos usar de inspiración es </span><a class="bbcode_url" href="http://electrocereal.deviantart.com/art/Jelika-291887602?q=gallery:electrocereal/15204382&qo=29" style="background-color: white; border: 0px; color: #e68d15; cursor: pointer; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">ésta</a> del artista <a href="http://electrocereal.deviantart.com/">Electrocereal</a>.<br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">Así que espero que disfrutéis de este pequeño relato, pues me ha venido bien encontrarlo de nuevo (es una maravilla que google guarde lo que envío por correo electrónico).</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">(EDITO: Me acabo de dar cuenta de que aparezco como no presentado en el hilo del Duelo. No tengo ni flawers de lo que pasó, porque envié el relato a los dos días de ver la imagen y la respuesta que recibí no me hizo suponer que estaba descalificado. Me he quedado un poco chafado, porque es una lástima).</span></span><br />
<span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;"><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">La estepa se vestía de gala, pues de oro era el abajo y azur el arriba y el viento soplaba tranquilo. Pero entre tanta paz y armonía algo tenía que venir a romperla. Eran dos, cabalgando a toda velocidad bajo el limpio cielo. El primer jinete tenía el rostro lívido por el terror y no quería volver la vista atrás en ningún caso. Tras él, una joven muchacha tensaba de nuevo el arco.<br />–¡No voy a volver! –dijo el primero, horrorizado–. ¡Nopuedesobligarme!<br />–¡Oh, claro que vas a volver! –replicó ella, apuntando con cuidado, compensando el vaivén de su montura–. ¡No puedes elegir!<br />Dejó ir la flecha. El caballo se inclinó hacia adelante y perdió tino, fallando.<br />–Maldición –dijo, espoleando para tratar de darle alcance–. ¡No seas crío!<br />La distancia entre ambos se acortó significativamente, lo suficiente cómo llegar a tocarse. Desenvainó el joven y le lanzó varios sablazos, de los que ella esquivó dos, antes de desenfundar su largo cuchillo curvo y comenzar a pararlos con facilidad. No estaba muy versado en el arte de la guerra, mientras que ella era toda una experta, tanto a caballo y arco cómo en combate con los cuchillos. Le golpeó varias veces usando la parte sin filo, pues lo necesitaba vivo, pero sí que quiso hacerle daño, por todas las molestias que le estaba provocando. Al ver que era inútil aquello, decidió separarse un poco de él, justo antes de acercarse bruscamente y lanzarse sobre su caballo. Gritaban los dos, uno por el terror y la otra por la furia, peleando a puñetazos hasta que acabaron rodando en tierra. Después de un interminable forcejeo, lo consiguió poner boca abajo y le ató las muñecas a la espalda, mientras el joven trataba de zafarse.<br />–Sabías que tenías que hacerlo. Lo aceptaste.<br />–¡P-pensaba que era una...! ¡b-broma! –balbuceó, desolado–. ¡Soy demasiado joven!<br />Lo aprisionó entre sus fuertes piernas y se irguió. Era hermosa, pequeña y parecía muy segura de sí misma. En su pueblo no se podía ser débil. Él era guapo, grande y sin embargo lloraba ahora desconsolado y sin esperanza. Ella silbó a los caballos, que vinieron juntos con un trote ligero y alegre. El del joven se acercó y sólo tuvo que levantarlo con un pequeño esfuerzo, hasta que lo cruzó sobre su grupa.<br />–No quiero, no quiero, no quiero –desconsolado, sentía correr las lágrimas sin control–. ¿Qué he hecho yo para merecer esto?<br />–Deja de lamentarte llorón, que tampoco es para tanto –estaba comenzando a arrepentirse de haber ido hasta él. Más que lástima, provocaba repulsa–. No tiene sentido que lloriquees ahora, anoche parecías tan enérgico. Ya te dije ayer, que si pasabas conmigo la noche en el pajar, tendrías que desposarte conmigo.</span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-61242216216461802532014-07-27T00:36:00.001+02:002014-10-01T12:04:08.231+02:00Partida de Guerra 8<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Última entrega de este arco argumental.</span></span><br />
<br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" />
<span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;"><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">–Esa es nuestra costumbre –el rey Graveth, con sus facciones duras bebía vino relajado, con el brazo herido en cabestrillo–. Y así nos ha ido bien.<br />–Alteza, no dudo que hayáis salido victorioso de vuestras guerras, ni dudo que vayáis a salir victorioso –Reissig todavía no podía incorporarse por orden de su nuevo médico y yacía todavía en su camastro, rara deferencia que no se solía reservar a muchos, pese a lo heridos que pudieran estar–. Sólo sugiero que el coste de las victorias es excesivo para el pueblo.<br />Se hizo el silencio en la sala. Había ordenado que los dejaran a solas, pues disfrutaba de poder hablar con franqueza con el antiguo mercenario. Volvió a servirse vino y dirigió la jarra hacia el herido, que negó con la cabeza.<br />–No se pueden cambiar las costumbres tan fácilmente –sacudió la cabeza y apuró de una sola vez el vaso–. Aquí las cosas no cambian fácilmente, todo anda sujeto a tradiciones, costumbres y cosas así. No puedo saltármelas. Yo no.<br />–Su Alteza, lo comprendo. Sólo he solicitado esta audiencia para poder expresarme respecto a este asunto. Sé de buena tinta que los del Norte son más que capaces de derrotarnos en un combate de infantería. No nos faltan redaños, señor, lo que nos sobra es infantería especializada en matar caballeros.<br />–Y tanto que los sé. Cada asedio torna en sangría y la última contra Dhiyul ha causado no poca baja entre mis tropas –bajó la cabeza y se miró los pies, casi sumiso–. No sé si podré armar a suficientes hombres para enfrentarme a los del Norte. Mucho menos entrenarlos adecuadamente.<br />–Esta última batalla os ha hecho demasiado daño –desvió el mercenario la mirada, avergonzado–. Me habéis cargado con una deuda que no podré pagar nunca y no sólo cuento con la vida de vuestros hombres. Me atraparon por incompetente y ahora esa culpa pesa sobre mis espaldas.<br />Graveth lo observó largo y en silencio. El mercenario, si bien nunca había parecido especialmente piadoso, sí que procuraba reducir al mínimo sus bajas. Parecía sinceramente abatido, al margen de la palidez y debilidad que sus heridas le proporcionaban.<br />–Tonterías, todos hemos cometido errores en algún momento. No tiene sentido culparse.<br />–Alteza, si no me hubierais nombrado barón; ¿me libraría de tal castigo?<br />De nuevo, el rey lo miró. Esta vez se encontró con la mirada dura y afilada de Reissig, no con su debilidad.<br />–No pensemos en cosas que no van a ocurrir, por favor os lo pido; ¡con demasiadas preocupaciones tengo que lidiar ya sin preguntarme si mandaría castigar a mi amigo!<br />Los ecos se mantuvieron varios segundos, acallados a cada momento por los cortinajes. Dos guardias entraron, más no tardaron en marcharse ante el gesto enfadado del propio monarca.<br />–Reissig, sois mi amigo. No sólo por aprecio personal, que lo tengo, sino porque desde que acepté vuestro brazo y soldadesca, no hay nación en Calradia que se enfrente con seguridad a nos. Si todavía no os he entregado el bastón de mariscal es porque no gozáis precisamente de la simpatía de vuestros iguales.<br />–Lo sé.<br />–Por supuesto que lo sabéis. Sois vos. Vos lo sabéis todo.<br />–Pero no es el bastón de mariscal lo que ansío y esto también lo sabéis, Alteza.<br />–Nunca os he visto intrigar como a los otros para conseguirlo –sonrió y volvió a llenar el vaso–. No hay a nadie a quien no traicionaran por mandar y ser más que nadie. Dentro de poco tendré que cuidar mi propio cuello.<br />–Si necesitáis que baje los humos de alguien…<br />–¡Jajajajajajaj! –la risa explotó con ganas, enviando salpicaduras del buen vino hasta los tapices que colgaban en la pared–. ¡No gracias! La última vez que le bajasteis los humos a alguno de mis leales señores comenzó a necesitar que le cortaran la carne. Pero si lo que deseáis es quitaros el peso que os incomoda, creo que podría encontraros un uso que nos satisfaga a ambos y no soliviante a la tradición de mi país…<br /><br />¿Que vamos a qué? –Bunduk a punto estuvo de dejar caer la ballesta, que le estaba aplicando el sebo–. Graveth sabe que ya no somos un grupo mercenario como antes, ¿no?<br />–Sí, pero parece que las cosas no van tan bien como parecen. Aquí están muy habituados a matar swadianos y con sus armas y tácticas es fácil, pero como se han metido en guerras contra otros la cosa ha cambiado –Matheld explicaba con cuidado las condiciones del acuerdo. No porque le costara recordarlo, sino porque no siempre la audiencia era buena entendedora–. Los swadianos son igual de idiotas y no cambian, se creen que viven en su mundo de caballerías y no necesitan otra cosa, pero tanto los sarraníes como lo de las estepas han provocado muchas bajas. Nuestro señor ha señalado nuestro buen hacer durante la guerra y le ha sugerido que además de por las tácticas, ha ocurrido por la flexibilidad de la que gozamos y parece haber empujado el buen juicio del rey.<br />–Pero eso de servir como reclutadores…<br />Todos los mercenarios allí reunidos comenzaron un interminable murmullo. A algunos no les hacía demasiada gracia y a otros les apetecía recorrer libremente los campos sin tener que estar pensando en el siguiente rancho, el siguiente asedio o la siguiente batalla.<br />–Por favor, silencio –la soldado hizo gestos para que se callaran y los murmullos cesaron–. Quien lo desee, se quedará con el grueso de las tropas, bajo mi mando. Tenemos orden de ayudar en el entrenamiento de los nuevos reclutas. El resto, partirán con el barón y contribuirán a reclutar y adiestrar a nuevos soldados. Cada uno en su especialidad. El problema, es que esto será mientras marchamos hacia el Norte, así que habremos de ser rápidos. ¿Queda claro?<br />–Sí señora –dijeron al unísono–.<br />–Mi señora Matheld, podría acompañarme un minuto por favor –Nízar se le había acercado, con aparente galantería, como siempre–. Klethi, por favor querida, necesito también de tí.<br />Marcharon los tres hasta un lugar apartado del castillo de Weyyah con paso ligero, con Nízar lanzando discretas miradas a todos lados, atento a si los seguían.<br />–Nízar, muy atrevido eres para… –comenzó Klethi, más un gesto del poeta la frenó de continuar–.<br />–Disculpad el secreto, pero confío en ambas más que en la mayoría de nuestros comunes compañeros y a fé mía que tenéis un aprecio especial por nuestro augusto barón –comenzó a decir, levemente agitado, que en él, se trataba de mucho más de lo habitual incluso en las peores situaciones–. Tengo oídos en muchos lugares y he escuchado en varios que hay malvados que tienen terribles intenciones para nuestro patrón.<br />–Nízar, no es nada nuevo –ambas mujeres no pudieron contenerse ante lo obvio de aquella noticia.<br />–No, me refiero a que no traman nada bueno para él fuera de los campos de batalla. Alguien planea asesinarlo, aprovechando que no puede defenderse por sí mismo.<br />–Lo creen inválido.<br />–Que no lo esté no significa que no vayan a intentarlo.<br />–En ese caso, iré con él –sentenció Matheld, endurecida por la noticia–. Ahora pensaré quién se queda para capitanear las tropas en nuestra ausencia.<br />–Matheld, eso sería una imprudencia –el poeta sonrió, consciente del aprecio de la mujer por el antiguo mercenario–. No debemos despertar sospechas, pues mis oídos son sensibles y podrían salir heridos. Además, capturar a un asesino bien nos podría ayudar a prevenir futuros golpes.<br />–Nízar, habla claro por favor –dijo Matheld, irritada–. No tengo paciencia ahora.<br />–Sí señora. Lo que quiero decir, es que vos os quedéis y hagáis el trabajo que teníais planeado. Sin embargo, Klethi, aquí presente –la señaló con la mano, dirigiéndose con suavidad a la joven–, acompañará y asistirá a nuestro querido barón y será su sombra. Si alguien comete la insensatez intentar alguna felonía, se encontrará de frente a su fiel guardiana.<br />–¿Yo? –preguntó incrédula–. Pero si lo mío es lanzar jabalinas, dagas a lo sumo, no soy centinela, no podría…<br />–Amiga mía, en cada ocasión que algún tonto levanta la mano contra nuestro patrón --sonrió el soldado poeta ampliamente, mostrando la hilera de blancos dientes–, os ponéis tensa como un resorte y el pobre que osa, acaba en muy mal estado. Lo hemos visto varias veces, en tabernas, en calles bañadas por la luz de las estrellas y recientemente en plena batalla. Tenéis unos reflejos relampagueantes y no dudáis en matar.<br />–Es cierto –asintió Matheld con la cabeza, mirando a la joven pelirroja, que se debatía entre el orgullo y la timidez que la asaltaba–. Los mamelucos me han dicho que el tiro fue increíble, digno de un torneo. Incluso si hubieras ido a pie.<br />–Yo, reconozco que era difícil de conseguir, pero no creo que…<br />–Tonterías. Además, bien sabemos que nuestro señor está ansioso de verse recuperado y no lo verás quieto mientras vos lo defendéis.<br />–En todo caso, que no se mueva más que cuando el galeno lo mande –advirtió la norteña con gesto serio–. Has de ser firme con él respecto a eso.<br />–¿Firme? –preguntó, casi divertida, pues la afirmación no le parecía fácil de mantener en la práctica–. ¿Con él?<br />–Pues sí. No has de mostrar debilidad ante él y mantener tu posición. Es lo que hago yo. Y me funciona.<br />–Yo, eh. Lo intentaré… –vio que Matheld la observaba cuidadosamente y tuvo un momento de pánico–. Lo haré. Seré firme. Lo prometo.</span></span><br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><b>FIN</b></span></div>
<br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" />
<br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" />
<span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">¡Y eso es todo de momento! Resulta que estaba transcribiendo cosas de mi libreta eterna y me he acordado deque tenía esta parte lista para la publicación, así que creo que ya era hora de dar un brochazo final a este arco argumental. Reissig y compañía nos dejan de momento, pero no por mucho tiempo, espero, pues me he divertido mucho narrando esta pequeña aventura y me encantará continuar sus andanzas en otro momento.</span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-77186125463723881122014-07-17T00:57:00.003+02:002014-10-01T12:07:25.716+02:00Partida de Guerra 7<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Ala, otro trocito más que tenía escrito por ahí:</span></span><br />
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br style="background-color: white; color: #444444; font-size: 12px; line-height: 18px;" /></span><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;"><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">Había asistido al espectáculo de cómo Klethi le cortaba los dedos a Dhiyul uno por uno, mientras éste se debatía inútilmente, pues ella avezada saqueadora, ya le había cortado sabiamente los tendones necesarios para que los moviera lo menos posible. Al final, Reissig se había desmayado y silenciosamente el mameluco lo había sentado en su silla de montar y lo había llevado con cuidado hasta la casa que el médico lo condujo. Tras unas curas rápidas, destinadas a tapar las heridas que ya deberían estar cerradas, salió para ver el estado del resto de sus pacientes y se encontró un número sorprendentemente bajo de heridos entre la compañía del mercenario. Contusionados, algún tajo menor, pero ningún muerto. Lo realmente devastador había sido la primera línea de infantería que se había interpuesto a ellos. Prácticamente ninguno de los infantes sarraníes había sobrevivido al embate. Y los que vivían preferirían no hacerlo, pues el estado de sus mutilaciones era tan enorme que no podría decirse si vivirían, pues algunos no podrían hacerse cargo de ellos mismos. Más esperanzador era el de la segunda línea, montada a toda prisa por el capitán desconocido, pues el primer impacto contra los mamelucos había sido leve y los swadianos no habían encontrado apenas resistencia, ya que estos se habían rendido rápido. Aún así, el saldo era de diecinueve muertos y cuarenta heridos, contando a su capitán, que tenía un tajo bien feo en el costado, pero que respondía bien. Fahd era el nombre de tal capitán y había tratado de formar la línea al ver que la primera no hacía mucho frente a la caballería.<br />–Pero mis tropas no eran tal, sino pobres campesinos, mal armados, a los que apenas he podido entrenar –dijo afligido, mientras le cosía la herida–. No eran malos hombres, pero el maldito emir se empeñó en reclutarlos a la fuerza y los pobres no han tenido oportunidad. Pero nadie podrá decir que no fueron valientes.<br />–Entonces, señor, mejor no le cuento algo de lo que me he enterado.<br />–¿El qué? ¡Por favor, hablad!<br />–Dhiyul hacía guerra por su cuenta. Los reinos habían llegado a la paz aunque fuera por un tiempo. Atacar esta aldea, esta batalla, todo esto. Todo lo ha hecho sin permiso del sultán.<br />–¡Traición! ¡Es posible que el sultán cuelgue a sus oficiales! ¿Cómo no me di cuenta?<br />–Pocos lo sabían, al parecer.<br /><br />–Estáis despierto.<br />Matheld se inclinó sobre el yaciente. Ya no llevaba su acostumbrada cota de bandas y estaba desarmada. Pero no parecía prisionera, sino saludable y libre. Eso tranquilizó al mercenario lo suficiente para tratar de incorporarse sobre los hombros, pero el cuerpo le dolía tanto que no hizo falta ni media negativa de la norteña.<br />–Habéis perdido mucha sangre; el matasanos ha dicho que no os permita moveros –sentenció segura de su autoridad sobre el herido–. Así que más vale que no os mováis o tendré que ataros al catre.<br />–¿Cómo ha ido la batalla? –preguntó débilmente, sorprendido de su floja voz–. Entiendo que hemos vencido. Nuestro bando.<br />–La compañía apenas ha tenido bajas. Algunos heridos, nada serio y un par de muertos por los putos arqueros –casi escupía al decir esto; detestaba a los saeteros, jabalineros, arqueros, o cualquiera que peleara de lejos. Sin embargo, hacía excepciones, pues Klethi le caía en gracia y su propio líder era un consumado arquero sobre su montura, Válka–. La gente de Graveth lo ha pasado peor. Le ha costado mucho alcanzar el centro de su línea, sus tropas estaban demasiado cansadas para la tarea, más hay que reconocer que los saeteros que entrenan son muy buenos. Ellos solos han hecho una escabechina decente. Al final hemos unido nuestros esfuerzos a los suyos, desde la retaguardia enemiga, portando el casco decorado de Dhiyul, como prueba y los pocos que no se han rendido han sido pasados por la espada.<br />–Bien.<br />–El galeno se ha empeñado en curar a cualquiera que estuviera a su alcance…<br />–Está bien, tal era mi deseo.<br />–Bien señor.<br />–Matheld, gracias por volver a por mí, aunque debo decir que ha sido una imprudencia.<br />–Señor, nos encontramos que el rey Graveth y entre todos trazamos el plan –sonrió la norteña, incorporándose en su gran altura para alcanzar un botijo de agua fresca y un vaso de metal–. Con semejante apoyo, habríamos sido tachados de cobardes de no haber vuelto.<br />–Gracias por el agua –bebió ávido, pues debía de hacer una pequeña eternidad que no se llevaba un trago a la boca y tenía los labios agrietados–. Por los dioses, qué sed tenía. ¿Dhiyul sigue vivo?<br />–Han pasado dos días. Está muerto.<br />–¿Pero ha muerto como ordené que muriera?<br />–Nadie, excepto las bestias salvajes se le han acercado –frunció el ceño ligeramente al recordar los estremecedores chillidos–. Al final dejó de gritar y no sabemos en qué momento murió, pero para entonces todavía quedaba carne que aún devoran los carroñeros y parecía agitarse, pero el galeno nos ha explicado que ocurre en ocasiones en algunos cadáveres que están siendo devorados.<br />–Bien. Un poco más de leyenda para que los enemigos se lo hagan encima nada más avisten nuestro estandarte.<br />–Prefiero el embate honesto, pero entiendo bien por qué lo hacéis. Ya sabéis que las triquiñuelas no son lo mío.<br />–Si me puedo ahorrar un par de docenas de muertos y engrosar las filas de los prisioneros, ya sabes que lo haré. Un ejército asustado es muy fácil que pase a ser un ejército rendido. O destrozado –pensó con dificultad en ejércitos y en los últimos acontecimientos–. ¿Cómo han quedado las fuerzas del rey?<br />–Su Alteza ha recibido una flecha, gentileza de uno de esos malditos arqueros, pero está bien y se recupera, ya sabéis que es fuerte y testarudo. Respecto a su gente… Bueno, para la campaña en el norte va a tener que reorganizar su ejército, pues la infantería ha sido masacrada, cosa que no ha ocurrido con sus saeteros. No traía caballería, pues eran las fuerzas de asedio destinadas a Shariz.<br />–He de hablar con él. Llevo varias semanas tratando de convencerle para que abandone el rígido sistema que usan desde que se independizaron. La guerra con Swadia siempre vuelve, pero no le hace ningún bien disponer de tropa especializada en masacrar caballería pesada si el mes que viene se enfrenta a los jinetes de las estepas y en cuatro más se hace matar contra la durísima infantería pesada del norte.<br />–Todavía no estáis recuperado cómo para…<br />–No estoy diciendo que quiera ponerme a cabalgar, sólo quiero entrevistarme con Graveth antes de que comience a armar un ejército de nuevo según las costumbres. ¿Podrías interesarte por su estado y si es posible, concertar una audiencia?<br />–Sire…<br />–Matheld, si hace falta, me cargarás tú, pero voy a hacer valer mi amistad con él para que la guerra con el Norte no sea un baño de sangre para nosotros. Cada vez que sus ejércitos se encuentran con una tropa de desarrapados con arcos potentes y caballos resistentes pierde a gran cantidad de hombres. Los grandes escudos de los sargentos y los paveses de los ballesteros hacen mucho, pero antes o después encajan algún tiro y los arqueros a caballo o incluso a pie se pueden tomar todo el tiempo del mundo.<br />–En ese caso, así lo haré, aunque el galeno ha sido muy insistente en que no debíamos…<br />–Pues no me mováis coño, coged la cama y llevadla hasta él conmigo encima.<br />–Así se hará entonces sire.<br />–Gracias. Déjame el botijo a mano, por favor, y ordena que cada cierto tiempo me traigan más, me muero de sed.<br />–Haremos lo que mande el galeno –dijo, alejando el recipiente–. Y el galeno manda que el agua, será con mesura.<br />–No era una sugerencia, Matheld –dijo, visiblemente irritado–.<br />La mujer le lanzó una gélida mirada. No había título nobiliario, cantidad de dinero o liderazgo que pudiera superar la enorme fuerza moral que irradiaba Matheld.<br />–Claro, que también me puedo contentar con algunos sorbitos –repuso tras unos segundos sosteniendo la mirada estoicamente–. Sí, unos sorbitos estarán bien, no hay que abusar.</span></span><br />
<br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">Bueno, queda una sola entrega escrita (y en total) de este arco argumental, así que por desgracia, cuando termine, se acabó hasta que me ponga con el siguiente, que probablemente se retrase en favor de otros proyectos (a poco tiempo hay que priorizar un poco, por desgracia).</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">Recomiendo que mañana 17, si vivís en Valencia ciudad y alrededores, no salgáis de casa a partir de las nueve de la mañana. Que soy un peligro todavía con el camión, jejejejeje.</span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-9078452894516203842014-07-11T23:48:00.000+02:002014-10-01T12:07:48.024+02:00Partida de Guerra 6<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">Klethi lo había visto. Los mamelucos lo habían visto. Al pasar por
encima de los pobremente armados infantes que les habían salido al paso,
a los cuales habían ignorado, se habían percatado de que su señor era
el andrajoso aquél que hablaba con el tipo de aspecto recargado y caro. A
todos les había entrado la urgencia al ver que el noble cogía el sable y
Klethi se los había apartado de enmedio a gritos, al tiempo que sacaba
una de sus mejores jabalinas, reforzada y equilibrada por un maestro
herrero que había cobrado muy bien por su trabajo.<br />
–¡Salid del medio! –soltó las riendas de la yegua de su líder y la apremió–. ¡Ve Válka, ve por él!<br />
La yegua, libre de peso y ataduras salió al galope, tan rápida que
parecía que volara, directa hacia su amo. Klethi por su parte, se afianzó sobre los estribos, equilibró
su cuerpo y mantuvo la mirada fija en la figura que mantenía el sable en
alto ante Reissig. Contuvo la respiración. No había vuelta atrás. Con
un movimiento rápido y preciso, cómo de resorte, el brazo salió
despedido hacia adelante y la jabalina voló, no alto, sino recta y muy,
muy rápida, tanto que siseaba al cortar el aire. Pasó rozando la cabeza
del mercenario, se incrustó en el abdomen de Dhiyul y no paró hasta que
atravesó dos vértebras, rompió la espina dorsal y salió por la espalda.<br />
El emir se sentó. Incapaces sus piernas de sostenerle, ni chilló, sólo
soltó el sable y cayó sobre sus posaderas. El rostro, cubierto cómo
estaba no se podía ver, pero estaba lívido y las lágrimas caían con
profusión de sus ojos, pues el dolor era tan atroz que lo había privado
de cualquier sonido. Inmediatamente, los mamelucos estallaron en gritos
de alegría y felicitaciones para la muchacha, que había logrado el mejor
tiro de su carrera.<br />
–Por los dioses, necesito vomitar –fue lo único que pudo decir, pasado el momento–.<br />
–¡Gran disparo, Klethi! –al mercenario le temblaban las manos
perceptiblemente y trataba de disimularlo frotándose los grilletes–.
¡Ven Válka, ven bonita!<br />
La yegua se acercó al galope y Reissig cogió el lucero del alba. Puso
atención a los dos soldados que venían y agarró el arma con ambas manos.
Desvió el primer sablazo hacia la arena, con esperanzas de quebrar el
sable, pero sus escasas fuerzas se lo impidieron. Le atizó una patada
para quitárselo de encima y algo le hizo mucho daño en el muslo; el tajo
que había recibido contra los batidores estaba sangrando.<br />
Los mamelucos seguían acercándose a toda velocidad, pero dependía
todavía de él mismo y no podía contar con que Klethi repitiera la
hazaña. Se retiró, fingiendo que la herida dolía más de lo que parecía,
dejando que el lucero del alba cayera ligeramente. Uno de ellos avanzó
dos pasos, los suficientes para que en un rápido movimiento ascendente
le hundiera la mandíbula inferior con un crujido espantoso y lo dejara
inerte en el suelo.<br />
–Mira, hijo. De verdad –le dijo al otro con fastidio, que tenía un
aspecto de ser un oficial joven y prometedor–. No quiero hacerte daño.
Tu superior de esta no sale, te lo aseguro, así que si te vas ahora, ten
en cuenta que no habrá nadie que pueda decir esta boca es mía –alzó un
poco más la voz, para que lo oyera el resto de gente que había
alrededor–. Si os marcháis ahora y me dejáis en paz. Mis hombres no os
perseguirán. Si no, si seguís empeñados en la defensa de este cascarón
que llora aquí sentado… Moriréis, todos. O algo peor.<br />
El discurso quedó cinco segundos en el aire. Cinco segundos que tardaron
en echar un vistazo a Dhiyul, que seguía inmóvil, con la punta de la
jabalina asomando por la espalda, ver que los mamelucos se acercaban
cada vez más y que los swadianos ya no tenían nada a lo que aporrear
porque estaba muerto, herido o se había rendido.<br />
–Nos iremos –dijo el oficial joven y sensato–. Le agradecemos la oportunidad señor.<br />
–Ea, ea. No perdáis tiempo, yo me encargo de que no os persigan. Id en
paz –de pronto, se acordó de algo–. ¡Ah! Por cierto. Hawaha es de mi
propiedad. Seré cuidadosamente cruel con quien se sobrepase con sus
gentes; difundid el mensaje, por favor. Pero galeno, por favor, vos no
os vayáis.<br />
–¿Yo? –dijo, asustado, conocedor de la leyenda negra del mercenario–. ¿Acaso seré objeto de vuestra venganza?<br />
–Nada más lejos. Pero además de mi propio cuerpo, mi gente y mis
enemigos necesitarán de cuidados. Y no tenemos a nadie desde hace
semanas, pues Ymira, se marchó por desavenencias con miembros de la
compañía.<br />
Lo peor, contarían más tarde, no había sido la estampa del mercenario
herido, con los grilletes, la sangre, el lucero del alba en las manos y
los mamelucos detrás. Sino la amplia sonrisa de triunfo. Una horrible
mueca de saberse por encima de otros.<br />
–¡Alto todo el mundo! –gritó bien alto y claro, para que lo escucharan–.
No se persigue hoy. Les he pedido por favor que se fueran y me han
hecho caso. Además, sé que aunque me jurasteis lealtad por salvaros de
aquél asqueroso noble swadiano, no os gusta maltratar a la gente de
vuestra tierra.<br />
–Y os lo agradecemos, ra’asa, pero nos gusta maltratar a los grandes
señores –señaló el de los ojos negros al emir herido–, así que; ¿qué
haremos con él?<br />
–Para él, dado que no estoy de humor para desollarlo y meterle un palo
al rojo por el culo para que se rían en Shariz de él, cómo hice con su
hermano…<br />
Se acercó hasta él y le quitó el casco, que lanzó sobre la arena. Estaba
muy pálido, lo que contrastaba sobremanera con su habitual morena tez y
las gruesas lágrimas le mojaban la barba. Tenía la mirada perdida y no
reaccionaba a lo que tenía a su alrededor.<br />
–Espero que no haya perdido el juicio. No es divertido si son otra persona.<br />
Lo golpeó en la cara, para que cayera de espaldas y ahí sí pareció
reaccionar. Dio un tremendo grito de dolor y trató de moverse, pero solo
pudo agitar los brazos y retorcer ligeramente el torso, lo que
acentuaba su agonía.<br />
–¿Estáis con nos, excelencia?<br />
–¡Te mataré!<br />
–¡Lo dudo mucho, excelencia! –Exclamó, riendo.<br />
–¡Eres un animal!<br />
–Si claro, ahora soy yo el animal –se miró las muñecas y confirmó sus
sospechas; se había olvidado de que aún llevaba los grilletes–. ¿Alguien
me puede echar una mano para quitarme esto?<br />
–Espere jefe, que ya voy –Klethi trajo un pequeño cofrecillo con varias
herramientas e hizo que se sentara mientras trabaja–. Me alegro de que
esté bien. Bueno, esté más o menos bien. Excepto por las heridas, quiero
decir. ¿Quién es el calvo?<br />
–Nuestro nuevo médico. Dime, ¿Matheld ha organizado esto?<br />
–Claro jefe, bueno, Matheld y un poco todos. Oh, claro. Y el rey.<br />
–¿El follón del otro lado es Graveth?<br />
–Sí, parece que tuvo que abandonar el asedio de Shariz por un problema
con los norteños. Dice que firmó con el Sultán un tratado de paz de un
año para que ambos resolvieran sus asuntos. Este tío parece que se los
ha saltado.<br />
–Ah, vaya –se sintió liberado sin los grilletes y recogió el lucero,
antes de encaminarse al yaciente–. Eso aclara algunas cosas, ¿no crees
escoria? Has traicionado un tratado de paz, has atacado un pueblo
soberano durante dicha paz, has intentado torturarme, asesinarme y tus
hombres combaten a gente con la que no están en guerra. Eso me deja a mí
en una posición muy desagradable. Supongo, que dado que no hay otro
señor por aquí, soy el único que puede ejecutarte. Así que en el estilo
de cómo se suelen hacer estas cosas, te condeno a morir devorado por los
buitres y los coyotes.<br />
–¡No tienes ese derecho!<br />
–Y tanto que lo tengo. Y si no, te reto a que te levantes y me lo discutas.<br />
Se acercó y le hundió el hombro derecho con el lucero del alba.
Prosiguió con el izquierdo, indiferente a los aullidos y el llanto del
caído.<br />
–Así pues, Dhiyul, hijo de mil perros, reúnete con tu hermano allá en el
infierno. Dile que espero que disfrutara con el pedazo de hierro
candente con el que mis hombres lo sodomizaron –golpeó la jabalina de su
vientre, clavandolo al suelo e inmovilizando definitivamente–. No creo
que lo coyotes tarden mucho. Hay bastante sangre.<br />
–¡M…mátame…!<br />
–No. Me quedaría a disfrutar del espectáculo, pero no tendré mucho
tiempo. Además he perdido mucha sangre –alzó una ceja, pensativo–. Sin
embargo, hay algo que sí que podré ver.<br />
–¿Qué?<br />
–Klethi, mira qué pedazo de anillos tiene en las manos. El muy imbécil no se había puesto todavía los guantes.<br />
Era cierto. Tenía las manos profusamente decoradas en oro y piedras.
Todas las joyas gritaban “¡Somos caras!”. Klethi se relamió y tragó
saliva ruidosamente. Podía pagar muchas jabalinas nuevas y relucientes
con esas joyas.<br />
–Pero jefe, todavía está vivo. Y generalmente es muy estricto con estas cosas.<br />
–Hoy estoy más permisivo, ¿ves? Pero recuerda que hay que compartir.
Consideradlo un regalo –se giró hacia uno de los mamelucos, al ver que
Klethi desplegaba su navaja, una cuchilla corta y espeluznante que
siempre llevaba encima–. Sujétame ahora, o me caeré inmediatamente. En
cuanto nadie mire, me subes a Válka y que el galeno te guíe a algún
sitio donde me pueda curar. Luego, le hacéis caso en todo lo que
necesite para curar a la gente que te diga, a toda la que te diga, ¿está
claro?</span></span><i><br />
</i><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Vaya. Estoy tan sumido en prácticas con tacógrafo, conducción eficiente y
en ver la fuerza cinética que lleva un camión de 40 toneladas al
sacudirse un leñazo a 90 kilómetros por hora (no me gustaría ser el
turismo con el que impacte); que se me ha olvidado completamente que
tenía la Senda del Aventurero en activo y que aún dispongo de alguna
cosilla que podría publicar. En este caso, además os había dejado en un
momento bastante intenso durante bastante tiempo de esta serie de
relatos. No ha terminado ese arco argumental, pero calculo que le
quedarán dos o tres entregas más por delante. </span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-5671333857647813582014-07-06T21:22:00.004+02:002014-07-06T21:22:56.684+02:00Ungido. Relato para Cano<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;">Os traigo un relato corto, regalo para <span class="usuario"><a class="usuario" href="http://subcultura.es/user/Cano" title="Perfil de Cano">Cano</a></span> en agradecimiento por la excelente ilustración que podéis disfrutar <a class="bbcode_url" href="http://primeraspaginas.subcultura.es/arte/32702">aquí</a>.<br />
Os recomiendo leer el cómic <a class="a_webcomic" href="http://ibosim.subcultura.es/">Ibosim</a>
si no lo habéis hecho ya, para evitar spoilers, pero si no, lo tenéis a
continuación, espero que lo disfrutéis tanto como yo he disfrutado
escribiéndolo:<br />
<br />
<a class="bbcode_url" href="https://www.dropbox.com/s/w3ad4rmvb37ei1f/Ungido..pdf">Aquí para descargar en .pdf</a></span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><br />
Balcebe miró por última vez el campo de batalla. Las apresuradas
pinturas de guerra cubrían su cuerpo desnudo y tan sólo lo vestía el
pequeño escudo redondo y la Espada. Cerró los ojos mientras inspiraba
profundamente antes de desenvainar, pues sabía que no habría otra vez,
al menos no de forma consciente. Nada más excepto la ira y el odio que
la Espada de la Desesperación provocaba cuando se la sacaba de la vaina.
La asió de la empuñadura y tiró de ella con suavidad. Al principio no
sintió nada especial. A su espalda, el manípulo de sacrificio esperaba
expectante. De pronto, sobrevino el fuego. El ardor que le quemaba cada
nervio del cuerpo le producía un dolor tan inimaginable que no supo como
se mantuvo en pie. Ni como recorriendo la mirada roja por el campo de
batalla, distinguió formaciones. Y avanzó hacia ellas, resuelto a que
pagaran caro su dolor.<br />
<br />
–¡Avanzad hombres! –el fragor de la batalla no podía imponerse a su voz,
pues; ¿acaso no los lideraba el poderoso centurión Agatocles?–. ¡Hemos
de reforzar el flanco izquierdo para enviar a esos perros al otro mundo!<br />
Apretaron el paso, dispuestos a rebasar la pequeña loma que los había
tenido toda la mañana a cubierto de los ataques de los hostigadores
enemigos, ya fueran honderos o arqueros. Al otro lado, el combate
parecía recrudecerse pues los gritos que llegaban hasta ellos eran de
espanto.<br />
–¡Más rápido, ya casi llega…!<br />
Había llegado hasta arriba, casi corriendo. Al otro lado no había nada
más que muerte. Los ejércitos seguían asesinandose mutuamente, pero no
allí, en el flanco izquierdo. Allí lo que había era un buen montón de
cadáveres destrozados y un hombre desnudo con la espada desnuda en la
mano y completamente cubierto de sangre y restos que los miraba con
fijeza. Estaba intacto. Se agachó levemente y gritó, ronco, desde el
centro mismo de su alma. La formación de soldados se estremeció
claramente y dio un paso atrás, más su capitán era un hombre con muchas
batallas a su espalda y pocas cosas había que consiguiera hacerlo
temblar y ninguna estaba sobre la tierra que pisaba.<br />
–¡Apretad formación y no fiéis!<br />
Avanzó con cautela, escudo redondo por delante y la espada atrasada,
previendo el golpe del ungido, que llegó con rapidez y fuerza inauditas.
Golpeó con la misma defensa para quitarselo de encima y trató de
rebanar el cuello con una rápida estocada, pero sólo a punto estuvo de
llevarse una de las puntiagudas orejas de su adversario. Era más rápido,
era más fuerte y no tenía ningún tipo de necesidad de sobrevivir, por
lo que podía apreciar al combatirlo. Chocaron la Espada y el escudo del
líder de nuevo y éste se recompuso a la espera de que sus hombres
cargaran junto a él. La espera le extrañó. Un vistazo rápido y pudo
constatar que la mayoría de sus hombres había abandonado las armas y
corrían rápidos hacia los bosques. Los maldijo por el segundo que había
perdido.<br />
La falcata destrozó con facilidad la espada y la coraza de lino de
Agatocles. Continuó camino sin detenerse atravesando clavícula,
músculos, pulmón, costillas, arterias e hígado. El centurión vomitó
sangre y se derrumbó, incapaz ya de mantener la vida dentro de su
cuerpo. Su contrincante apenas esperó a que cayera y corrió en pos de la
unidad que se batía en desordenada retirada, aterrada ante el
espectáculo, pues al ver que su líder había caído de forma tan
espectacular, los pocos que aún dudaban ya corrían más rápidos que las
liebres.<br />
<br />
Ya no podía correr más. Había dejado caer su impedimenta, a excepción
por supuesto de la armadura, que no era fácil de retirar y mucho menos
escapando de una muerte segura. Sus compañeros se habían separado de él,
probablemente tratando de evitar que el portador de la Espada de la
Desesperación los pudiera perseguir a todos. Devolvió el pobre desayuno
sobre un arbusto bajo del bosque y trató de orientarse. Escuchaba
todavía el fragor de la batalla, pero absolutamente nada más. Tardó unos
segundos más en comprender que los gritos lejanos eran la única señal
de vida que podía oír, pues en aquella espesura todo animal parecía
haberse ido. El sudor se le enfrió con rapidez al darse cuenta de
aquello, lleno de terror. Instintivamente se agachó y trató de
ocultarse, pero no sabía por dónde llegaría, ni siquiera si lo perseguía
a él o a otro. Pero que no escuchara nada es lo que más lo asustaba.
Durante la carrera no había dado muestras de ser especialmente
silencioso y si ahora andaba cerca parecía una tumba. Se arrastró hasta
un árbol, buscando la protección del tronco, por si se lo encontrara. Lo
encontró, pero para su tranquilidad, lo tenía de espaldas, quieto y
respirando ruidosamente. Parecía estar cavilando, absorto en algún hilo
de pensamientos. De pronto, sin más, dio media vuelta y echó a andar en
su dirección y si no hubiera estado alerta, lo habría descubierto.
Aguantando el llanto se preparó para correr en caso de que lo viera, más
no le hizo falta. Algo sonó a la derecha del ungido y aquél se lanzó
colérico al ataque. El asustado guerrero miró de nuevo y creyó ver una
pequeña forma que huía a toda velocidad, pero en la verde espesura
apenas podía. Aprovechó su proverbial buena suerte y salió corriendo en
dirección contraria, dispuesto a dedicarse a un trabajo más pacífico si
salvaba la vida.<br />
<br />
<br />
Todavía se preguntaba qué podía haber salido mal. Recordaba haber
empuñado la Espada y nada más de aquél día, hasta que se despertó
cubierto de sangre en mitad de un bosque desconocido. Aquello en sí no
sólo fue suficientemente malo, pues aquél dominado por el Espasmo de
Furia no sobrevivía a la batalla, sino que al acercarse a zonas
civilizadas había descubierto que ni siquiera estaba en su propio mundo.
No podría encontrar las respuestas que buscaba, ya que no era un
erudito y aunque algunas de las personas que habitaban el lugar les eran
familiares los nombres que él daba, los conocían cómo él conocía los
nombres de los dioses. Además,se había podido percatar de que no era del
todo igual a los que allí vivían y había tenido que ocultar sus orejas
muy pronto, pues aunque en algunos casos la diferencia se traducía en
adoración, la mayoría de ocasiones solían acabar en miedo y
persecuciones con toscas armas y fuego.<br />
La Espada. ¿Había sido cosa de la Espada? Había quien decía que la
espada tenía vida propia y que cuando el ungido la desenvainaba, era
esta vida la que tomaba el control. Tal vez esta vez la Espada quisiera
otra cosa; otro comienzo. Si era así, a Balcebe no le gustaba nada la
idea. Debía morir en batalla, con dignidad, no apaleado de cualquier
manera. Pero allí no conocía a nadie.<br />
Se mantuvo cerca de la costa y así llegó conocerlos. Eran un pequeño
grupo, no demasiado grande, pero muy unido. La mayoría habían combatido
juntos bajo el mando de varios ejércitos, principalmente como
mercenarios de apoyo y exploradores y ahora habían sido reclutados por
las tropas de Cneo Pompeyo, que asediaban Ebusus.<br />
–¡Buscamos hombres fuertes para un ejército fuerte! –gritaba el mayor de
ellos, vestido con su impedimenta completa y la espada al cinto–.
¡Aprovechad la oportunidad mientras dure de estar en el bando ganador!<br />
–¿Qué se requiere? –a Balcebe tanto le daba estar en el lado ganador
como en el perdedor, mientras estuviera en uno–. Para entrar.<br />
–Espada, escudo, jabalinas –lo escrutó, atento a que tenía prácticamente lo necesario–. ¿De dónde eres, amigo?<br />
–De Ibosim –dijo, mientras contaba las monedas que había sacado del pequeño morral– ¿Valdrá para jabalinas?<br />
–Valdrá. –ignoró el hecho de no conocer donde estaba Ibosim. No sabía
donde estaban muchas cosas. ¿Qué más daba otra?– ¿Cuál es tu nombre?<br />
–Balcebe.<br />
–Muy bien, Balcebe de Ibosim, ahora eres un veles; felicidades. En
cuanto reclutemos a unos pocos más haremos una incursión por una de las
salinas cercanas, a ver si podemos hacernos con suministros. Está
defendida por un pequeño fuerte, pero no debería dar problemas.
¡Anímate! Te espera la gloria, el honor; ¡y el botín!<br />
<br />
<br />
<br />
<a class="bbcode_url" href="http://ibosim.subcultura.es/tira/34">Continua en Ibosim.</a></span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-84518343038396140692014-06-17T00:53:00.001+02:002014-06-17T01:04:00.768+02:00Pollito Wars: Filii Belli.pdf y relatillo tontorrón.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="background-color: white; line-height: 18px;"><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">Los créditos del final de la holoproyección aparecieron con la explosión musical. Algunos aplausos nacieron en la sala ante la posibilidad de salir al fin de aquél sitio oscuro y frío; lugar en en el que conseguir comida significaba la muerte económica.<br />–Por Laika, necesito un trago urgentemente –dijo Sauri apartando gente de su camino con malos modos–; ¡quitad de en medio muertos de hambre!<br />–¿Cómo presté mi imagen para hacer esto? –Malabestia todavía no se acababa de creer el haber dado su permiso para aquello–. Debieron emborracharme, si no, no me lo explico.<br />–Se hace saber a todos los visitantes de las Holosalas Árticas que el héroe de la Alianza Gordon Phalow estará regalando firmas en la entrada –anunció con voz solemne la inteligencia artificial que controlaba el recinto–. Se ruega eviten los enfrentamientos armados.<br />El silencio que precedió a la tormenta auguraba una galerna de las peores que se habrían podido ver. Inmediatamente una ola de gente se precipitó hacia los pasillos que daban a la salida. Los que no parecían especialmente interesados en el tema se agarraban a lo que fuera con tal de no verse arrastrados y ayudaban a cualquiera que tuvieran a su alcance. Los del grupo que salía del palco vip se agarraron a Malabestia, que permaneció imperturbable.<br />–¡Perfecto cabo! –McQuarry hizo formar a sus hombre y los comenzó a organizar–. ¡Jerguins! ¿Dónde está Jerguins?<br />–¡La ha palmado señor! –Púlsar corría a toda velocidad, aplastando cabezas por el torrente humáfero–. ¡Se ha asfixiado debajo de todo el gentío!<br />–¡Maldición! Al menos, que alguien busque a Aubrey, ¡que comience a poner orden!<br />–Thomas por allá baja –dijo Sauri, encaramada a los hombros de la semiyagui–. Pateando a quien osa interponerse en su camino.<br />–¡Largo infieles! ¡No sois dignos! –fuera de sí, disparaba al aire, intentando dispersar a la gente de su alrededor para poder avanzar más deprisa–.<br />–¿A dónde demonios va? –preguntó Malabestia, todavía ajena al hecho de ser un peñasco en mitad de la furiosa corriente–.<br />–Resulta que nuestro siempre aguerrido vicealmirante es un maldito fanboy. Tiene todo el merchandising que salió en su día de Phalow –sonrió, recordando las figuritas–. En fin, ya se calmará.<br />–Coronel, le acaba de pegar un tiro en la cara a un tipo.<br />–Pues eso, que ya se calmará…</span></span><br />
<br style="background-color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">Pues nada, coña final con los personajes de Filii Belli y un enlace de descarga la mar de majo para que pilleis el PDF con el fanfic completo y sin cortes.</span><br style="background-color: white; line-height: 18px;" />Para descargar, haced click en el siguiente enlace:</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;"><br /></span></span>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;"><a href="https://www.dropbox.com/s/yx4s5i1f6yiz6wi/Pollito%20Wars%20Fanfic%20Filii%20Belli.pdf">Pollito Wars: Filii Belli</a></span></span></div>
<br />
<div style="text-align: center;">
<a class="bbcode_url" href="https://www.dropbox.com/s/yx4s5i1f6yiz6wi/Pollito%20Wars%20Fanfic%20Filii" style="background-color: white; border: 0px; color: #e68d15; cursor: pointer; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;"><img alt="iJOXHiI.jpg" class="bbcode_img" src="http://i.imgur.com/iJOXHiI.jpg" style="border: none; font-family: inherit; font-style: inherit; font-weight: inherit; margin: 0px; max-width: 600px; padding: 0px; vertical-align: baseline;" title="" /></a></div>
</div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-82966349319799815702014-06-15T23:45:00.003+02:002014-06-15T23:45:50.212+02:00¡Hasta ahí podríamos llegar!<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;"><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">-¿Nervioso? -preguntó la enfermera, sonriendo-.<br />-Sí, la verdad es que con la de veces que me han dado largas...<br />-Tranquilo, que hoy ya sales con los dedos arreglados.<br />-Me alegro.<br />-Mira, te voy explicando, para a ver si te tranquilizas.<br />-Sin problema, no soy especialmente impresionable.<br />-Mira, vamos a cortar la carne de los lados.<br />-Perfecto.<br />-Sacaremos todos los restos de uña y limpiaremos cualquier cosa que se quede...<br />-Me parece bien.<br />-Quitaremos la uña completamente y la raíz la quemaremos.<br />-Lo estoy deseando.<br />-Y abrasaremos la carne viva para que haga callo y no moleste.<br />-Sí, algo me habían comentado.<br />-Ah, aquí está el doctor, creo que ya podemos ir comenzando.<br />-Hola chaval, vamos a empezar con la anestesia, un par de pinchacitos...<br />-¡¡AH, NO! ¡¡HASTA AHÍ PODRÍAMOS LLEGAR!! ¡A mí no me acerca una aguja nadie! ¡NADIE!</span></span><br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">Y más o menos así espero que sea mi día de mañana.</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">La verdad es que no me he informado demasiado del proceso en general, así que igual por ahí fallo un poco.</span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-90387715010837900392014-05-30T00:34:00.000+02:002014-05-30T00:34:03.643+02:00Pollito Wars: Filii Belli. Epílogo FIN. (15)<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<div style="text-align: center;">
<a class="a_webcomic" href="http://pollitowars.subcultura.es/" style="background-color: white; border: 0px; color: #3aa0b9; cursor: pointer; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Pollito Wars</span></a></div>
<div style="text-align: center;">
<img alt="iJOXHiI.jpg" class="bbcode_img" src="http://i.imgur.com/iJOXHiI.jpg" style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin: 0px; max-width: 600px; padding: 0px; vertical-align: baseline;" /></div>
<br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" /><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;"><span style="color: #444444;">Aubrey clasificaba las órdenes del Almirantazgo en su datapad. La idea de que el Beaufighter fuera desguazado lo enfurecía, pues había perdido a amigos, subordinados y partes de su propio cuerpo en las cubiertas de esa nave. Era casi una extensión de sí mismo y no concebía demasiadas torturas peores que saber que lo enviaban a desguace.</span><br /><span style="color: #444444;">Alguien tocó a la puerta. Tres golpes secos y seguidos.</span><br /><span style="color: #444444;">–Adelante.</span><br /><span style="color: #444444;">–Disculpe que me venga sin pedir cita señor.</span><br /><span style="color: #444444;">–Queda disculpada, capitán –señaló a una pequeña pila de sillas que había cerca–. Siéntese por favor.</span><br /><span style="color: #444444;">Cogió la silla de más arriba, limpió con suavidad el pequeño poso de polvo y tierra del asiento y se aposentó. No era demasiado joven y aunque no llegaba a la quinta del vicealmirante debía de haber visto una buena cantidad de acción. El pelaje rojizo, que en otro tiempo había sido mucho más intenso ahora estaba apagado y reflejaba los añolaikas pasados en activo. La mirada inteligente lo escudriñó un momento, admirada de la estatura de Thomas y de sus recias formas, a pesar de la edad.</span><br /><span style="color: #444444;">–¿Qué necesita? –Aubrey no estaba de humor para andarse por las ramas–.</span><br /><span style="color: #444444;">–Señor, nosotros hacíamos una ruta de entrega desde los astilleros Quack hacia la flota –bajó la voz, confirmando las sospechas del almirante de que el destructor que allí se había estrellado no era en absoluto normal–. Transportamos montado un dispositivo de salto experimental. No podíamos dejar que cayera en manos yagui y por eso decidí que lo mejor era encontrar ayuda. O destruirlo antes de entregarlo.</span><br /><span style="color: #444444;">–Parece alto secreto. ¿He de suponer que su mando directo ha autorizado que me revelara esta información?</span><br /><span style="color: #444444;">–Supone bien señor. Es de vital importancia que este tema no se airee más que lo justo y necesario, así que debo advertir de que he dispuesto que el reactor entre en masa crítica si el dispositivo y su software de uso son comprometidos de cualquier manera.</span><br /><span style="color: #444444;">–Comprendo.</span><br /><span style="color: #444444;">–Si los yagui se hubieran hecho con esta tecnología, pasarían de ser una molestia a ser un problema casi peor que los pollitos –le pasó el datapad con la información que le atañía–. Mi tripulación se comportó de la mejor de las maneras, pero en última instancia habría tenido que sacrificarnos para evitarlo. Gracias a su gente, no sólo el prototipo no ha caído en malas manos, sino que se ha salvado, al igual que mi tripulación.</span><br /><span style="color: #444444;">–Me alegro entonces que decidiera visitarnos. Aunque debo decir que los que contraatacaron en superficie eran tropas del ejército regular. No estaban bajo mi mando directo, no más que los artilleros y jefes de las baterías de superficie.</span><br /><span style="color: #444444;">–Algo he oído. Tengo entendido que se han suicidado para no tener que responder por su incompetencia.</span><br /><span style="color: #444444;">–Sí… Se han suicidado –había dudado al principio y dio gracias por estar leyendo aquello, pues prefería no contar nada a otros que no fueran sus leales oficiales–. Nos impidieron que les echáramos el guante, por desgracia.</span><br /><span style="color: #444444;">–Sí, suele pasar. No hay nada mejor que un buen consejo de guerra para los incompetentes. Lástima que no los pudiera capturar a tiempo, capitán.</span><br /><span style="color: #444444;">Tuvo muy claro que la capitán sabía perfectamente lo que había ocurrido, pero ella también tenía muy claro que en oficiales de su edad, lejos de la justicia del grueso de la flota, bien podrían imponer la suya, discreta y eficaz, de una forma que no sería difícil averiguar qué habría ocurrido, pero que sin embargo, nadie podría probar.</span><br /><br /><span style="color: #444444;">Tenía casi tres horas de paz hasta su cita con el psiquiatra civil y las aprovechó para poder hablar con Aubrey. Lo visitó en el barracón que servía para la oficialidad y los veteranos, donde reinaba un ambiente silencioso.</span><br /><span style="color: #444444;">–¿Me puede atender, almirante? –preguntó ella, cuadrandose en toda su musculada estatura–.</span><br /><span style="color: #444444;">–Tome asiento, por favor –respondió Aubrey, incapaz de dejar de lado su animosidad por la parte yagui de la mestiza –muy bien, soldado. ¿Qué se le ofrece?</span><br /><span style="color: #444444;">–El sargento McQuarry nos habló a Púlsar y a mí ayer sobre su intención de echarnos una mano con nuestros destinos.</span><br /><span style="color: #444444;">–Sí, y así es, mantengo mi decisión. Su iniciativa no sólo frenó el avance por la superficie,, sino que evitó más muertes bajo mi mando.</span><br /><span style="color: #444444;">–Gracias señor.</span><br /><span style="color: #444444;">–Las gracias las doy yo –era consciente de que de la semiyagui había realizado una acción extraordinaria, pero su profunda aversión le impedía ser más amistoso, cómo usualmente era–. Tengo entendido que le gusta la camorra, ¿no?</span><br /><span style="color: #444444;">–¿Disculpe?</span><br /><span style="color: #444444;">–La violencia, el combate, lo movido.</span><br /><span style="color: #444444;">–Sí, señor.</span><br /><span style="color: #444444;">–Bien, también tengo entendido que el grupo de Operaciones Especiales suele tener bastante vidilla. Moveré algunos hilos, pero de momento, sigo siendo el jefe de esta base, así que me he tomado la libertad de darle un ascenso, cabo. Que el capitán McQuarry le de los detalles, porque no me sorprendería que estuviera bajo su mando.</span><br /><span style="color: #444444;">–¡Muchas gracias señor! –Malabestia se había emocionado mucho. Abandonar aquél pedazo de roca era una prioridad para ella, por mucha amabilidad minera que recibiera– Le agradezco profundamente esta oportunidad.</span><br /><span style="color: #444444;">–Cómo dije, las gracias las doy yo –volvió a repetir el vicealmirante. Se levantó y le tendió la mano a la semiyagui, reprimiendo la necesidad de negarle el saludo– ¿Hay algo más en lo que pueda ayudarla?</span><br /><span style="color: #444444;">–Pues ahora que lo dice… –comenzó, con un punto de timidez–.</span><br /><br /><span style="color: #444444;">–¡Eh, oiga! –dijo la capitán al mando del destructor Estrella de la mañana–. ¿Qué demonios hacen?</span><br /><span style="color: #444444;">–Tranquila capitán, traemos una orden firmada por el vicealmirante Aubrey –dijo el operario, ajustando el cañón en las cinchas de la grúa–. Ha dicho que le entregará otro, pero que éste cañón P.C.D. ha de ser desmontado para su revisión.</span><br /><br /><br /><div style="text-align: center;">
<a class="bbcode_url" href="https://www.youtube.com/watch?v=L_h-BdhsW9A" style="border: 0px; cursor: pointer; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;"><span style="color: #b45f06;">FIN</span></a></div>
</span></span><br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">Y se acabó. Casi cinco meses después de la primera entrega, se ha terminado el fanfic. Puedo decir que he disfrutado mucho, pues quería mostrar la batalla en la que Malabestia </span><a class="bbcode_url" href="http://pollitowars.subcultura.es/tira/5" style="background-color: white; border: 0px; color: #e68d15; cursor: pointer; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">consigue su mítico cañón P.C.D. </a><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">Comenzó por ahí y la batalla fue desarrollándose en mi cabeza, añadiendo no sólo ya el destructor, sino una fragata, a los piratas yaguis y además de una serie de personajes que me han gustado mucho.</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">He improvisado mucho, arreglado algunas otras cosas y creo que en general el resultado es positivo. Así que estoy satisfecho. Espero que os haya gustado; en unos cuantos días colgaré una versión en PDF con la portada y algunos comentarios de autor si se tercian.</span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">Recordad que ayer </span><a class="bbcode_url" href="http://lasendadelaventurero.blogspot.com.es/2014/05/partida-de-guerra-5.html" style="background-color: white; border: 0px; color: #e68d15; cursor: pointer; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">publiqué una entrada</a><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;"> con una excelente ilustración de la mano del genial </span><span class="usuario" style="background-color: white; border: 0px; color: #83c105; font-weight: bold; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><a class="usuario" href="http://subcultura.es/user/Cano" style="border: 0px; color: #83c105; cursor: pointer; font-style: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;" title="Perfil de Cano">Cano</a></span><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">¡Un saludo a todos y gracias por leer!</span></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;"><br /></span></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">En los apartados de </span><a class="bbcode_url" href="http://lasendadelaventurero.blogspot.com.es/" style="background-color: white; border: 0px; color: #e68d15; cursor: pointer; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">la Senda</a><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;"> podréis encontrar el relato completo con su intermedio. De momento servirá hasta que cuelgue la versión pdf completa.</span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-22642332405822969342014-05-29T00:51:00.005+02:002020-12-22T18:41:20.768+01:00Partida de Guerra 5<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; color: #444444; font-size: 12px; line-height: 18px;">El siempre incombustible </span><span class="usuario" style="background-color: white; border: 0px none; color: #83c105; font-size: 12px; font-weight: bold; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><a class="usuario" href="http://subcultura.es/user/Cano" style="border: 0px none; color: #83c105; cursor: pointer; font-style: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;" title="Perfil de Cano">Cano</a></span><span style="background-color: white; color: #444444; font-size: 12px; line-height: 18px;">, autor, entre otras cosas del excelente cómic </span><a class="a_webcomic" href="http://ibosim.subcultura.es/" style="background-color: white; border: 0px none; color: #3aa0b9; cursor: pointer; font-size: 12px; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">Ibosim</a><span style="background-color: white; color: #444444; font-size: 12px; line-height: 18px;"> o el divertidísimo </span><a class="a_webcomic" href="http://bocetos.subcultura.es/" style="background-color: white; border: 0px none; color: #3aa0b9; cursor: pointer; font-size: 12px; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">Piloto virtual</a><span style="background-color: white; color: #444444; font-size: 12px; line-height: 18px;">, me ha regalado un pedazo de dibujo por adelantarme y fanear el primero su nuevo webcómic: </span><a class="a_webcomic" href="http://primeraspaginas.subcultura.es/" style="background-color: white; border: 0px none; color: #3aa0b9; cursor: pointer; font-size: 12px; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">Primeras páginas</a><span style="background-color: white; color: #444444; font-size: 12px; line-height: 18px;">, una suerte de primeras viñetas de cómics que nunca llegaron a dibujarse, pero cuya primera página me dejó tan impresionado que le dí al botoncito de seguir directamente, sin darme cuenta de que era el primero.</span><br style="background-color: white; color: #444444; font-size: 12px; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; font-size: 12px; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #444444; font-size: 12px; line-height: 18px;">Cómo ya le he dicho en </span><a class="bbcode_url" href="http://primeraspaginas.subcultura.es/arte/32702" style="background-color: white; border: 0px none; color: #e68d15; cursor: pointer; font-size: 12px; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">el apartado de arte del webcómic</a><span style="background-color: white; color: #444444; font-size: 12px; line-height: 18px;">, no tengo palabras para describir lo muchísimo que me ha gustado a tantos niveles, así que para enseñaroslo lo antes posible, os traigo nueva entrega de Partida de Guerra, pues la excelente ilustración muestra al protagonista, Reissig y a Klethi, en actitud relajada:</span><br style="background-color: white; color: #444444; font-size: 12px; line-height: 18px;" /><br style="background-color: white; color: #444444; font-size: 12px; line-height: 18px;" /></span></div><div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br style="background-color: white; color: #444444; font-size: 12px; line-height: 18px;" /><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://i.imgur.com/EMhHuqZ.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="566" data-original-width="800" height="453" src="https://i.imgur.com/EMhHuqZ.jpg" width="640" /></a></div></span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; color: #444444; font-size: 12px; line-height: 18px;">¡Muchas gracias maestro!</span></span><br />
<br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" />
<br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" />
<br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" />
<br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" />
<span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;"><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">La llovizna era molesta. Repiqueteaba en la armadura de los mamelucos y aquello parecía un tenderete de cacerolas puesto al aire libre y no favorecía en absoluto el uso de la caballería. Klethi sentía el tabardo humedeciendose por momentos y un escalofrío le recorrió el cuerpo. Generalmente mantenía las distancias en la batalla, lanzando jabalinas y venablos cubierta por la infantería y apoyando a quién fuera necesario. Nunca había combatido en primera línea.<br />–El rey ha comenzado el ataque –dijo Matheld, mientras montaba a la espalda de un caballero swadiano–. ¡Hombres! ¡Conocen su cometido! ¡Buena suerte a todos! ¡Avanzad!<br />Cientos de cascos trotaron sobre las escasas plantas que por allí crecían, aplastandolas. Klethi dió un suave tirón de las riendas de la gran yegua de su jefe. Era una hermosa yegua que le había comprado a un tipo siniestro en Praven hacía cuatro años, de pelaje tan dorado que refulgía aún con poca luz.<br />–¡Vamos Válka! –la yegua obedecía bien y ligera. Ahora no llevaba la barda y su único equipo era la silla de monta verde, el gran escudo redondo y el arma favorita del mercenario, un enorme lucero del alba–. ¡Vamos bonita!<br />Los swadianos tomaron la delantera, con sus monturas echando espuma por la boca, agobiadas por el peso extra de los grandes norteños que se agarraban con fuerza a los experimentados jinetes. Los vaégires, seguidos por algunos arqueros montados kherguitas se extendieron a los flancos, con ánimo de evitar cualquier tipo de intento de intercepción por parte de la caballería del desierto enemiga. La tormenta arreciaba lejos, pero el tronar de la caballería lanzándose cada vez más rápido hacía parecer que la tuvieran encima. Klethi se sintió sobrecogida y se ajustó por cuarta vez el casco, los guantes y todo lo que le parecía que no estuviera bien sujeto. A su lado uno de los mamelucos, consciente del gesto, le tocó en el hombro con suavidad para atraer su atención y le hizo un gesto. Un gesto, que sumado al estruendo, a la numerosa cantidad de mamelucos armados hasta los dientes que la rodeaban y a los brillantes ojos negros que la miraban con amabilidad desde detrás del casco con velo de malla del soldado no dejaba dudas de su significado; “nada que temer”.<br />Hawaha era un hervidero de enemigos. Por el lado que atacaba el ejército comandado por el rey Graveth se había podido formar una línea de infantería correctamente y rechazaba con decisión a los potentes infantes rhodok y sus arqueros hacían buena sangría lanzando cientos de flechas sin cesar al viento. Sin embargo, por el lado que cargaba la compañía mercenaria, que hacía dos semanas había ascendido a ejército baronial, apenas se había organizado una escuálida fila. Cuando estuvieron bien a la vista, los mamelucos, los swadianos, vaégires, todos lo que podían mirar hacia adelante aullaron a una sola vez de alegría y excitación por la batalla. Espolearon con violencia para no dar más tiempo y los caballeros se adelantaron, flanqueados por los kherguitas, que habían prescindido de espadas y sólo cargaban carcajs, para cargar con cuantas más flechas mejor. Los vaégires hacían molinetes con sus sables y no dudaban en elevar sus tremendos gritos de guerra en su lengua, con tal de que el enemigo supiera a qué atenerse con ellos, que no era otra cosa que a la muerte.<br />Con las lanzas en ristre, los swadianos cargaron de frente contra la escasa línea de escudos y lanzas que los sarraníes habían interpuesto, atravesandola sin dificultad. Las alas de arqueros montados se desplegaron para rodear y seguir hostigando a su enemigo, mientras los vaégires impactaron a su vez contra los extremos más desprotegidos. El centro de caballería pesada se dividió y todos los huscarles saltaron a pie, para reagruparse bajo el mando de Matheld, que no soportaba que la llevaran a caballo.<br />–¡Cargad hombres, cargad!<br />El núcleo de mamelucos continuó recto cómo una flecha, sin variar la velocidad, mientras los aliados se apartaban del camino, conscientes de que no frenarían ante nadie y que podrían morir bajo sus cascos. Aplastaron a cuanto infante solitario encontraron en su trayectoria y localizaron a su líder, hacia el que cabalgaron describiendo una amplia curva, para no perder velocidad y evitar que Klethi quedara al descubierto, pues algunos de los arqueros se habían subido a las casas y los hostigaban ya. La cubrían con sus cuerpos y su escudos, dentro de lo posible y así, comenzaron a encajar daños, aunque ninguno frenó la marcha.<br /><br />–¡¿Por qué esos mamelucos cargan en nuestra dirección?! –el emir se había vestido con su ornamentada armadura de combate a toda prisa y ahora se colocaba el casco con velo de malla con rapidez–. ¡Que alguien les diga dónde está la batalla!<br />–Señor, esos no son de los nuestros, por ese lado nos ataca también el enemigo –el ordenanza de Dhiyul se frotaba las manos con nerviosismo y ponía la cara menos militar que se sabía–. Han intentado frenar su avance y un capitán trata de formar otra línea ahora frente a ellos; ¿ve?<br />–¿Línea? ¡Esos campesinos mal armados! ¿Eso es lo que llama línea?<br />–Pero excelencia, es lo que reclutó en…<br />–¡Ya sé lo que recluté!<br />–Más baratos que una compañía de lanceros pertrechada, dijo.<br />–Me parece, mercenario –dijo a Reissig, que sonreía viendo a los mamelucos bajo su mando cargar directos contra la pobre línea de campesinos, bien dispuesta, pero no demasiado bien preparada–, que sí que te son leales.<br />–Ya se lo dije, excelencia. Leales y muy valientes.<br />–Traedme mi sable, ordenanza.<br />–Lástima que los suyos no lo sean tanto, excelencia.<br />–Cuando termine contigo, veremos lo leales que son.<br />–Cuando ellos lleguen hasta aquí –dijo, con una sonrisa amplia y desagradable–, me gustará ver cuantos de sus hombres se quedan a ver qué ocurre con su excelencia. Pase lo que pase conmigo.<br />Alguien trajo el sable del emir con una disculpa. Los gritos se acrecentaron tras el mercenario; los mamelucos habían impactado contra la defensa que el desconocido capitán había interpuesto, pero no combatían, sino que seguían adelante. Los que sí que parecían querer combatir eran los swadianos que venían detrás. Alguien golpeó en los riñones a Reissig, que cayó de rodillas con gran dolor. Dhiyul alzó el sable y calculó con cuidado.<br />–¡Si no puedo vengarme con todo el tiempo del mundo, al menos te mataré perro!</span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-942880078747832519.post-83713183268349665522014-05-24T01:45:00.000+02:002014-05-24T01:46:50.822+02:00Pollito Wars: Filii Belli. Epílogo 2. (14) <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;">Segunda parte del epílogo. Demasiado congestionado para decir nada moderadamente inteligente.</span></span><br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><a class="a_webcomic" href="http://pollitowars.subcultura.es/" style="background-color: white; border: 0px; color: #3aa0b9; cursor: pointer; line-height: 18px; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">Pollito Wars</a></span></div>
<div style="text-align: center;">
<img alt="iJOXHiI.jpg" class="bbcode_img" src="http://i.imgur.com/iJOXHiI.jpg" style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin: 0px; max-width: 600px; padding: 0px; vertical-align: baseline;" /></div>
<br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" />
<br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" />
<br style="background-color: white; color: #444444; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;" />
<span style="background-color: white; color: #444444; line-height: 18px;"><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">Los mineros habían reunido una enorme cantidad de sencillos víveres y haciendo uso de una casi ilimitada imaginación culinaria, pudieron prepararlos de mil maneras distintas, que los soldados agradecieron sobremanera, considerando el rancho habitual que solían disfrutar allí. Varias decenas de mesas repartidas a la entrada del pequeño búnker del lugar albergaban toda clase se sencillos aperitivos de los que daban cuenta por igual civiles y militares. Los más jóvenes habían querido montar un baile, pero por respeto a sus invitados, que en su mayoría habían resultado tan heridos que no podrían moverse con suficiente coordinación en un buen tiempo, desecharon la idea con rapidez. Así que símplemente comentaban con animación los pasos del combate, la emoción del tiroteo o el miedo que todos sintieron.<br />Apareció Thomas seguido de Lykaios y Sauri y McQuarry. Los cuatro vestían sus mejores galas y se notaba que hacía mucho que no se las ponían. En especial a Aubrey le venía algo holgada su chaqueta.<br />Todos se extrañaron de ver al sargento con ellos, pues sabían que los tres primeros ejercían de oficiales mayores, pero especialmente de representantes de las fuerzas. El primer oficial representaba a la fragata y sus tripulantes, la comandante a la infantería de marina y el capitán, a todas las fuerzas defensivas. Pero el coronel al mando de la batería de tierra y que era el representante de las tropas de superficie, no estaba. En su lugar, el sargento tenía el semblante grave, algo ajeno a la fiesta de su alrededor. Más tarde averiguarían que varios de los responsables de las baterías de tierra, entre los que se incluían al comandante de la base, se habían suicidado. El capitán pidió una silla para que todos lo vieran y algo de silencio.<br />–Hola a todos. Espero que se estén divirtiendo. He elegido este momento para hacer algunos anuncios, bien por deferencia a nuestros amables anfitriones cómo para que no deje de conocerse la valía de todos y cada uno. Quiero comunicarles que en la primera comunicación con el mando, el grupo de defensa al completo recibe una estrella de la Victoria colectiva. Apareceremos reflejados en el boletín de noticias, aunque no se incluirá la localización ni el nombre del planeta por seguridad y sentido común –una leve ovación, silbidos admirativos y algunas risas acompañaron las palabras de Aubrey–. A continuación, diré las legiones de honor a título póstumo –se estremeció al nombrar a algunos de ellos. No sólo los conocía, sino que habían sido amigos y los había llegado a querer cómo a hermanos. Entregó sendos papeles a Lykaios, Sauri y McQuarry–. Legión de Honor y mención especial para el recluta Stig “Púlsar” Kursk, para la soldado de primera Mishara “Malabestia” Taylee, para el sargento mayor Ernst McQarry –no había condecoraciones físicas, sino los documentos que las autorizaban. A pesar de ello, las entregó con toda solemnidad. Uno a uno, pasaba desde los rangos más bajos, hasta los mayores, llegando hasta su primer oficial y la propia comandante Kahina–. El destructor Estrella de la mañana ha recibido una legión de Honor colectiva, por su excelente combate en solitario contra los piratas y la inestimable ayuda para finalizarlo.<br />De nuevo, más ovaciones, risas y aplausos. El capitán Aubrey les dejó unos minutos para ilusionarse y felicitarse, pero no bajó de la silla. Aún tenía anuncios por hacer:<br />–El Almirantazgo estima oportuno –dijo, antes de que bajaran las voces, así que comenzó más fuerte de nuevo–… El Almirantazgo estima oportuno que las fuerzas defensivas de este lugar sean renovadas. El destructor será reparado y volverá al seno de la flota para su reubicación. Los tiradores supervivientes de las tropas de tierra recibirán una reasignación para mejorar sus capacidades, o volverán a sus antiguos puestos –suspiró ligeramente. Aquello que estaba a punto de decir era tan importante y duro que no sabía cómo hacerlo–. La tripulación del Beaufighter será restablecida en su rango anterior, incluyendo a los altos oficiales. Lykaios Enister vuelve a su puesto de capitán de navío, Sauri Kahina recibe de nuevo su rango de coronel de infantería de marina y yo… yo vuelvo a mi puesto en la flota cómo vicealmirante. La fragata Beaufighter será desmantelada y su tripulación reasignada bajo mi supervisión.<br />Aquello era un cazo de agua fría entre tanta celebración y buena noticia. Aunque eran todos veteranos, la fragata había estado al mando del capitán Aubrey hasta que ascendió a contralmirante y la heredó Lykaios, quién más tarde capitanearía cómo capitán de navío el propio acorazado insignia de Aubrey. Incluso la entonces coronel Kahina había protagonizado sendas misiones a bordo de la fragata, pues sus excelentes cualidades servían muy bien para las misiones de infiltración y asalto que Sauri acostumbraba a realizar. Cuando todos perdieron su rango por una insubordinación colectiva, no abandonaron porque seguían juntos, a pesar de aquello. Algunos de los presentes comenzaron a envidiar a los muertos.<br />–Muchas gracias por vuestra atención. Buena suerte a todos, pueden continuar.<br />Aquello ya no era un festejo, sino un funeral. Nadie había que no mirara en dirección a la espuma térmica que cubría la fragata que tan desesperadamente trataban de reparar y no pudiera sentir su agonía.<br />–¡Por el Beaufighter, sus oficiales y su tripulación! –el sargento había sido el más rápido de todos y alzaba ahora una copa–. ¡Hip, hip!<br />–¡Hurra! –corearon las cientos de gargantas allí reunidas, civiles y militares unidas por el mismo sentimiento– ¡Hurra! ¡¡Hurra!!<br /><br />–Malabestia, Púlsar, venid –dijo el sargento, con una jarra en la mano y en la otra un enorme cigarro que algún entusiasta guardaba para una ocasión especial–. El capitán me ha pedido que os comunique algo. Aubrey sabe que viniste aquí, Púlsar, aún habiendo pedido destino a una unidad de enlace. En agradecimiento por nuestra acción ha decidido presentarnos una cierta ayuda. Serás su nuevo oficial de comunicaciones, en la flota.<br />–Creo que no me lo puedo creer señor –era cierto, estaba mudo de emoción–.<br />–Pues créelo. Para tí, Malabestia, no sabe en qué ayudarte, así que sería bueno que solicitaras entrevista. No tendrá objeción.<br />–Así lo haré –respondió con convicción–.<br />–¿Y usted sargento? –preguntó Púlsar, aún afectado por tan estupenda noticia–. ¿Qué recibe?<br />–¿Yo? Mi antiguo rango y unidad.<br />–¿Y cuál es?<br />–Era capitán de Operaciones Especiales –ambos se sorprendieron de que aquél sargento desterrado hasta allí tuviera tanta solera–. Le salté los dientes a un puto general que se pasó de listo con mi gente.</span></span></div>
Vïlem von Ländererhttp://www.blogger.com/profile/08821316951638312108noreply@blogger.com0