domingo, 15 de junio de 2014

¡Hasta ahí podríamos llegar!

-¿Nervioso? -preguntó la enfermera, sonriendo-.
-Sí, la verdad es que con la de veces que me han dado largas...
-Tranquilo, que hoy ya sales con los dedos arreglados.
-Me alegro.
-Mira, te voy explicando, para a ver si te tranquilizas.
-Sin problema, no soy especialmente impresionable.
-Mira, vamos a cortar la carne de los lados.
-Perfecto.
-Sacaremos todos los restos de uña y limpiaremos cualquier cosa que se quede...
-Me parece bien.
-Quitaremos la uña completamente y la raíz la quemaremos.
-Lo estoy deseando.
-Y abrasaremos la carne viva para que haga callo y no moleste.
-Sí, algo me habían comentado.
-Ah, aquí está el doctor, creo que ya podemos ir comenzando.
-Hola chaval, vamos a empezar con la anestesia, un par de pinchacitos...
-¡¡AH, NO! ¡¡HASTA AHÍ PODRÍAMOS LLEGAR!! ¡A mí no me acerca una aguja nadie! ¡NADIE!



Y más o menos así espero que sea mi día de mañana.
La verdad es que no me he informado demasiado del proceso en general, así que igual por ahí fallo un poco.

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